Tras ser dado de alta el expresidente peruano Alberto Fujimori abandonó la clínica de Lima donde estuvo internado por 12 días debido a problemas cardíacos. Beneficiado por un polémico indulto presidencial, sale en libertad al cancelarse su condena de 25 años.
El ex gobernante de 79 años dejóel jueves la Clínica Centenario, peruano japonesa, en compañía de su hijo menor, el legislador Kenji Fujimori, quien fuera artífice de su liberación.
“Se completa la farsa. Queda en evidencia que Fujimori no es enfermo terminal. Hoy el crimen y la impunidad salen a la calle”, escribió en Twitter el abogado Carlos Rivera, que representa a las víctimas del exmandatario.
Fujimori salió en silla de ruedas a las 21H40 locales (02h40 GMT del viernes), saludando a algunos partidarios congregados frente a la clínica, y se marchó en un vehículo todoterreno negro, para dirigirse a un condominio privado en La Molina en el distrito este de Lima.
Se hospedará en la casa del empresario Aldo Kruger, hijo de Germán Kruger, quien pagó la residencia donde el exgobernante estuvo bajo arresto domiciliario en Chile, durante casi dos años.
Kenji aprovechó el traslado para tomarse una selfie con su padre, quien vestía casaca oscura y camisa azul. El expresidente parecía sereno y cansado, entretanto su hijo se mostraba eufórico.
Un rato después, Keiko Fujimori publicó en Twitter una foto en el jardín de la casa, donde se ve al expresidente con sus cuatro hijos: Hiro, Sachi, Kenji y ella.
“Muy contentos de darle la bienvenida a nuestro padre”, escribió Keiko, quien hace nueve meses que no se mostraba en público junto a Kenji, con quien ha tenido desencuentros políticos.
Los familiares de las víctimas decidieron recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José, para anular el indulto, que consideran un “insulto”.
“Hemos sido notificados por la Corte para una audiencia que ha programado para el 2 de febrero“, explicó a la AFP la abogada Gloria Cano, de la Asociación Pro Derechos Humanos.
El abogado Carlos Rivera recalcó que la propia Corte Interamericana “ha dispuesto que se investigue, juzgue y sancione a todos los involucrados” en las masacres de Barrios Altos y la universidad La Cantuta perpetradas en 1991 y 1992 por escuadrones de la muerte militares bajo el gobierno de Fujimori, que motivaron su condena.
Kuczynski, que derrotó en las elecciones presidenciales de 2016 a Keiko Fujimori, arguyó que el indulto podría permitir una “reconciliación” entre los peruanos, pero la medida desató protestas callejeras y fue criticada por organismos internacionales, además de provocar las renuncias de tres ministros.
Por ahora, los peruanos siguen esperando que PPK designe a los nuevos ministros de su gabinete de “reconciliación”, en el que deberían figurar personas afines a los Fujimori.
El ex gobernante de 79 años dejóel jueves la Clínica Centenario, peruano japonesa, en compañía de su hijo menor, el legislador Kenji Fujimori, quien fuera artífice de su liberación.
“Se completa la farsa. Queda en evidencia que Fujimori no es enfermo terminal. Hoy el crimen y la impunidad salen a la calle”, escribió en Twitter el abogado Carlos Rivera, que representa a las víctimas del exmandatario.
Fujimori salió en silla de ruedas a las 21H40 locales (02h40 GMT del viernes), saludando a algunos partidarios congregados frente a la clínica, y se marchó en un vehículo todoterreno negro, para dirigirse a un condominio privado en La Molina en el distrito este de Lima.
Se hospedará en la casa del empresario Aldo Kruger, hijo de Germán Kruger, quien pagó la residencia donde el exgobernante estuvo bajo arresto domiciliario en Chile, durante casi dos años.
Kenji aprovechó el traslado para tomarse una selfie con su padre, quien vestía casaca oscura y camisa azul. El expresidente parecía sereno y cansado, entretanto su hijo se mostraba eufórico.
Un rato después, Keiko Fujimori publicó en Twitter una foto en el jardín de la casa, donde se ve al expresidente con sus cuatro hijos: Hiro, Sachi, Kenji y ella.
“Muy contentos de darle la bienvenida a nuestro padre”, escribió Keiko, quien hace nueve meses que no se mostraba en público junto a Kenji, con quien ha tenido desencuentros políticos.
COLETAZOS POR EL INDULTO
El indulto, concedido por el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en la víspera de Navidad, desató una polémica en Perú, al producirse días después de que el mandatario de centro-derecha evitara ser destituido por el Congreso, debido a la investigación sobre sobornos que habría recibido de la constructora brasileña Odebrecht.Los familiares de las víctimas decidieron recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José, para anular el indulto, que consideran un “insulto”.
“Hemos sido notificados por la Corte para una audiencia que ha programado para el 2 de febrero“, explicó a la AFP la abogada Gloria Cano, de la Asociación Pro Derechos Humanos.
El abogado Carlos Rivera recalcó que la propia Corte Interamericana “ha dispuesto que se investigue, juzgue y sancione a todos los involucrados” en las masacres de Barrios Altos y la universidad La Cantuta perpetradas en 1991 y 1992 por escuadrones de la muerte militares bajo el gobierno de Fujimori, que motivaron su condena.
Kuczynski, que derrotó en las elecciones presidenciales de 2016 a Keiko Fujimori, arguyó que el indulto podría permitir una “reconciliación” entre los peruanos, pero la medida desató protestas callejeras y fue criticada por organismos internacionales, además de provocar las renuncias de tres ministros.
Por ahora, los peruanos siguen esperando que PPK designe a los nuevos ministros de su gabinete de “reconciliación”, en el que deberían figurar personas afines a los Fujimori.
