La muerte por inmersión de una guagua, de ocho meses, la tarde de este domingo en San Miguel trajo al tapete este tipo de accidentes que suelen incrementarse durante el verano en piscinas y balnearios.
La lactante fue encontrada por su madre con signos de asfixia al interior de una piscina en su casa. Aunque fue trasladada de urgencia al Hospital Exequiel González Cortés, en el centro médico se certificó su deceso.
Se trata de uno de los primeros casos que se reportan esta temporada, por lo que los expertos llaman a la prevención y también a educarse para saber cómo actuar en estas situaciones.
La asfixia por inmersión en Chile es la principal causa de muerte en niños de un año de edad y la cuarta a nivel mundial. A ello se suma el importante porcentaje de pequeños que cae al agua y queda con secuelas neurológicas que pueden resultar invalidantes.
“Es el accidente más común en piscinas, especialmente en menores de edad y puede causar la muerte o secuelas neurológicas graves, dependiendo del tiempo que tarde la persona accidentada en recibir ayuda”, señala Julio Barreto, jefe de Intervención del SAMU Metropolitano.
Y añade que “la falta de oxígeno daña los órganos, siendo el cerebro el más sensible a sufrir daño permanente”. La falta de oxígeno puede llevar al corazón a un paro cardiaco. Por eso es vital la atención inmediata, entregando al accidentado desde el primer minuto Reanimación Cardiopulmonar (RCP) básica.
MASAJE CARDÍACO
La RCP es una combinación de compresiones cardiacas o masaje cardiaco externo para restituir la circulación y la actividad del corazón, y de respiración boca a boca o ventilación para suministrar aire a los pulmones del accidentado.
“Es decir, restablecer las funciones vitales básicas”, señala.
“Por ello, en una emergencia de este tipo lo primero es solicitar ayuda al fono de emergencias 131 e iniciar de inmediato un trabajo de RCP con el accidentado hasta la llegada de profesionales. Estas técnicas no son difíciles de aprender y todas las personas familiarizadas con el uso de piscinas deberían conocerlas, ya que aplicadas de forma correcta pueden salvar una vida”, agrega.
Barreto entrega ocho pasos básicos para realizar RCP, y las diferencias cuando se trata de un adulto o un menor.
► Sacar a la persona del agua y ubicarla boca arriba en una superficie plana y dura.
► Si no hay respuesta (movimiento, respiracióno tos), iniciar RCP. No perder tiempo intentando maniobras para sacar el agua de la víctima, ya que no es el objetivo.
► La persona que realiza la RCP debe ubicarse de rodillas, junto al accidentado.
► Se comprime con las manos en el centro del tórax, en medio de los pezones. La fuerza se ejerce con el cuerpo, manteniendo los brazos rectos y codos sin doblar.
► El objetivo es que la sangre vuelva a circular, por lo que el movimiento debe ser arriba y abajo, cargando el tórax y permitiendo su reexpansión completa, como si fuera una esponja.
► Las compresiones deben ser a un ritmo rápido, enérgico y constante de 100 veces por minuto, alternando series de 30 compresiones y dos respiraciones boca a boca.
► La compresión varía según la edad: en los lactantes, los reanimadores aconsejan realizarla con los dedos índice y medio; en los niños, lo aconsejable es emplear una mano, cargando la base contra el centro del pecho; en el caso de un niño grande, joven o adulto, ambas manos: la base de una apoyada contra el centro del tórax y la segunda cargada sobre la primera.
► La respiración boca a boca también puede variar según la edad. En los lactantes o niños la boca de la persona que brinda la respiración debe abarcar la boca y la nariz del menor. En los infantes más grandes y adultos, la ventilación es de boca a boca, tapando la nariz para evitar la salida del aire. En todos los casos, la persona que realiza la RCP debe inhalar por un segundo y además notar que si el tórax del accidentado se levanta con el aire.
CÓMO PREVENIR
Los profesionales del SAMU Metropolitano entregan además siete recomendaciones para evitar estos accidentes.
► En el caso de piscinas en casas o edificios deben estar cerradas con una reja perimetral, con llave.
► Se aconseja que la reja sea de al menos 1,2 metros de alto y con barrotes separados por no más de 10 centímetros, para que los niños no puedan pasar.
► Aunque existen otras medidas como cubrepiscinas, alarmas de contacto con el agua, estas siempre deberían ir acompañados de una reja.
► Nunca dejar juguetes, flotadores u otros objetos que puedan resultar atractivos para los niños, en la piscina o en el borde de esta.
► No dejar cerca sillas, pisos u otro objeto que pueda ser usado por el niño para subirse a la reja de la piscina.
► Se aconseja que mientras los niños estén en el agua o practicando un deporte náutico usen chaleco salvavidas, adecuado para su peso y talla. Las “alitas” u otros flotadores no brindan la misma seguridad.
► Pero lo más importante es nunca dejar solos a los pequeños. Aunque pueden saber nadar, la habilidad neuromuscular adecuada nunca se adquiere antes de los cuatro años. De hecho, puede dar una falsa sensación de seguridad a los padres.
IMPORTANCIA DEL CHALECO SALVAVIDAS
Los papás pueden encontrar en el mercado diversos implementos de seguridad para evitar las muertes por inmersión.
Roberto Mayerson, dueño de la tienda infantil Bebé Urbano, dice que “las tan comunes ‘alitas’ que van en los brazos de los pequeños menores de 3 años, pueden en algún momento salirse o pincharse por el sol. Lo mismo ocurre con los chalecos salvavidas inflables. Si el niño cae en mala posición al agua puede generarle una experiencia traumática”.
“El uso de flotadores por sí sólo no es prenda de garantía para que no ocurran accidentes, ya que siempre debe estar la supervisión de un adulto”, advierte Mayerson.
Pensando en la seguridad de los más pequeños, Bebé Urbano cuenta de manera exclusiva con “Memory Foam” coloridos y entretenidos flotadores hechos de espuma de poliuretano que le permite a los menores estar siempre a flote y en óptimas condiciones a diferencia de los que tan populares flotadores presentes en el mercado.
“Les permite mantener siempre la cabeza fuera del agua. No es inflable, por lo que es de fácil uso. Se compone de un flotador frontal y dos alitas (todo en uno) lo que genera una mayor seguridad. Además cuenta con una correa ajustable para niños entre 14 y 23 kilos”, añade.
Mayerson explica que lo que todo papá debe tener en cuenta son al momento de exponer a sus hijos al agua es:
► Deben estar siempre protegidos del sol ya sea con un buen bloqueador, además del uso de sombrillas y gorritos ojalá con filtro UV.
► Mantener siempre hidratados a los niños pues el calor les puede provocar una gran deshidratación. Ojalá tenerles agua en botellas libres de químicos y contaminantes.
► Protegerles la vista desde pequeños con un lente que tenga protección UV.
► Mantener a los menores siempre a la vista pues en cualquier momento se pueden perder.
► Vestirlos con ropas adecuadas como trajes de baño, poleras con protección UV y ojalá de colores vistosos para así mantenerlo siempre a la vista.
► Es necesario optar por un buen flotador que cuente con todas las condiciones necesarias para que puedan disfrutar de ese momento en el agua.
AUTOR: Patricia Schüller G.
FUENTE: La Nación