La situación de los derechos humanos en Bielorrusia “siguió deteriorándose” desde septiembre, denunció la Alta Comisionada de la ONU en la materia, Michelle Bachelet.

“Desde el inicio del Consejo [de Derechos Humanos] sobre Bielorrusia en septiembre, no hubo ninguna mejora en la situación humanitaria en el país. Al contrario, siguió deteriorándose, en particular en las últimas semanas con respecto al derecho a celebrar reuniones pacíficas“, dijo Bachelet, ante el Consejo.

Bielorrusia es escenario de una lucha de poder, con grandes manifestaciones cada semana en contra del presidente Alexander Lukashenko, reelegido en unos comicios considerados fraudulentos. 

Bachelet señaló que las penas impuestas a los manifestantes “se están volviendo más severas” y expresó “gran preocupación por las violaciones en la forma en que las fuerzas de seguridad utilizan la fuerza”, que considera “desproporcionada”. 

“También tenemos muchos informes creíbles de personas que han sido golpeadas por las fuerzas de seguridad durante y después de su transporte a comisarías o centros de detención. Si se confirman, estos incidentes equivalen a malos tratos o incluso a tortura”, dijo a los diplomáticos. 

Tras la intervención de Bachelet, la mayoría de oradores condenó la represión en Bielorrusia, denunciando la violencia policial y las elecciones fraudulentas. 

Al contrario, el representante de Rusia en la ONU en Ginebra expresó su apoyo al régimen, al igual que hicieron Irán, Siria y Cuba, entre otros. 

Según el representante ruso existe un doble rasero y citó el ejemplo de los policías franceses que golpearon a un hombre negro, la violencia policial en Estados Unidos o el tratamiento de las minorías de habla rusa en Ucrania y los estados bálticos. 

“Los campeones de los derechos humanos son muy discretos en todo esto” afirmó el embajador ruso, Gennadi Gatílov. 

Por su parte el embajador de Bielorrusia consideró que el movimiento contra Lukashenko estaba perdiendo impulso.

“Por supuesto que seguimos viendo una parte de la sociedad de Bielorrusia que participa activamente en la vida política, no hay nada inusual en ello. Lo importante es que esta actividad se está ralentizando”, dijo. 

Al igual que su par ruso, citó ejemplos de otros países, como la “represión” en Alemania de las manifestaciones contra los opositores a las mascarillas o las manifestaciones en Polonia contra las restricciones al aborto “que recuerdan a la Edad Media”. 

También acusó al Consejo de Derechos Humanos de exagerar  mientras que en otros lugares “hay verdaderas guerras, conflictos internos y desastres humanitarios con miles de muertos”.