La cantante Britney Spears, mediante sus abogados, pidió a la justicia de Estados Unidos que se ponga fin al control financiero de su padre y se traspase a un contador fiduciario profesional para que supervise sus dineros e intereses.

Su defensa, Mathew Rosengart y Eric V. Rowen, argumenta que “la Corte debería nombrar a un fiduciario altamente calificado para estas circunstancias. Además, la Sra. Spears sostiene que tiene la capacidad suficiente para hacer esta nominación”.

El escogido para este rol sería Jason Rubin, un experto en contabilidad forense especializado en “litigios financieros por abuso de ancianos”. A su vez, se le daría la labor de dar potestad a la artista para que asuma nuevos trabajos, rol que hoy tiene su padre, James Spears.

La petición presentada ante la justicia por parte de los abogados de la cantante llega dos semanas después de que la Corte le permitiera tener su propia representación jurídica.

Si bien esta vez, la defensa de Spears propone un traspaso en el manejo del patrimonio, que está tasado en 56,3 millones de dólares en propiedades y 2,7 millones en efectivo, y pasen al control de Rubin, el objetivo principal de la acción judicial es el fin de la tutela por parte de su progenitor.

Rosengart y Rowen dicen que llegado el momento se le pedirá a la justicia que considere si la tutela debe terminar en su totalidad y si, además de despojar a su hija de su dignidad, autonomía y ciertas libertades fundamentales, el señor Spears también es culpable de malversación, daños u otra acción legal en su contra”, destaca el documento.

“Sin embargo, aunque nuestra investigación sobre estos temas y otros está activa y en curso, esta solicitud no pide al tribunal que aborde esos temas hoy”, añade.

La defensa de Spears argumenta que la relación entre ella y su padre es “traumatizante y deprimente”, por lo que exigen a James que renuncie voluntariamente a la tutela por el bien de su hija.