Daniel Llorente, presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama, analiza la emergencia y habla sobre los temas atingentes a la región nortina.

Daniel Llorente, presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (Corproa), reconoce que el 2016 fue un año difícil para el gremio y la región en general, “sin embargo, las dificultades las hemos ido sorteando una a una”.

“Lo primero fue adecuarnos internamente como la mayoría de los entes productivos de la región y también profundizar nuestra relación con nuestras empresas socias, la ciudadanía y el gobierno regional”, dice.

Dentro de los logros, destaca la concreción del Foro Regional de Desarrollo (Forede) actividad que se seguirá realizando de manera intercalada con la feria Atexpo y la organización de la Asamblea de la Cámara Nacional de Comercio el próximo mes de mayo en Copiapó.

El líder empresarial cruza de manera transversal todos los temas atingentes, poniendo como siempre la región como punta de lanza de su gestión.

Teniendo en cuenta que el escenario complejo seguiría al menos este año ¿Qué expectativas tiene Corproa para 2017?

-Somos una Corporación que debe ser capaz de generar conversación y acción de desarrollo no importando lo agresivo que puede ser el momento. Por ello, estamos diseñando nuestro plan de trabajo que se enfoca en las comunicaciones, los seminarios, las actividades empresariales, los foros y todos los movimientos de nuestra labor por Atacama. Obviamente, la colaboración está presente siempre en un sentido honesto con la autoridad y su rol relacionado con Atacama y su gente.

¿Cree que la gran cantidad de proyectos paralizados contribuyen a este magro escenario?

-Es, sin duda alguna, el gran tema. Estamos convencidos que parte importante del estancamiento económico de Atacama se explica por los grandes proyectos de inversión que, por diferentes razones, no se han ejecutado. El 2014 ya planteábamos que este problema económico iría más allá de las bajas tarifas en los minerales y tendrían que ver directamente con el alto nivel de incertidumbre que se instaló en Chile.

¿Agrosuper en Freirina, por ejemplo?

-Para Corproa, Agrosuper ha sido una permanente preocupación, pues estamos convencidos que con esta situación no hay ganadores. Hoy tenemos una provincia que está económicamente deprimida y creo que con este proyecto bien hecho las cosas hubiesen sido muy distintas. Por ahora no tenemos mayor información salvo que el proyecto está paralizado indefinidamente, que se están desmantelando equipos y que no hay ningún plan, por parte de la empresa, de retomar, sino que al contrario ellos ya piensan en otros lugares para sus inversiones. Freirina quedó para ellos como un mal sueño, fue un aprendizaje según lo que declaró su gerente general, José Guzmán, pero de acuerdo a lo que nosotros nos interesa no podemos contar con esta fuerza laboral al menos en el corto o mediano plazo.

En un tema más positivo, en mayo se realizará por primera vez la Asamblea Nacional de la Cámara Nacional de Comercio en Atacama ¿Qué significa para Corproa organizar este evento?

-Para nuestra Corporación es un orgullo. Estamos muy contentos de haber sido nombrados como sede de la Asamblea Nacional de la CNC, que es un encuentro especial. Ricardo Mewes, un gran amigo de Atacama, terminará su presidencia entre nosotros. En lo práctico este evento revalida la opción de Copiapó y Atacama como una sede nacional de congresos de primer nivel, un tipo de turismo que deja muchos dividendos. Nosotros, en combinación con ATA, desarrollamos una estrategia para impulsar -desde lo que nos compete- que Copiapó se potencie como una carta para este tipo de eventos. A esta asamblea vendrán alrededor de 150 personas que generarán ingresos para la región, es decir, tendremos beneficios en los temas gremiales y contribuiremos al turismo de Atacama.

Copiapó como una sede de congresos es una manera de palear el centralismo, pero ¿qué más está haciendo Corproa para aportar en esa línea?

-Nuestro trabajo es básicamente un trabajo regionalista, nuestro discurso siempre ha estado marcado con esa energía. En hechos concretos, nosotros tenemos una alianza con la Fundación P!ENSA de Valparaíso, esa es una institución que es tremendamente regionalista, nos ayuda a potenciar las herramientas que apuntan a fortalecer este sentimiento.

Cambiando de tema ¿qué dice usted a las voces que lo instalan como un posible candidato en las próximas elecciones parlamentarias?

-Lo primero es decir que es un honor que un grupo de personas piense que tienes los atributos para ejercer en un cargo tan importante como lo son los de representación política. Sin embargo, soy un empresario atacameño y lo que me mueve es la actividad gremial, así que -por ahora- no tengo en mi horizonte de vida postularme a algún cargo de elección popular.

Continuando en el plano político ¿Qué le parece el mínimo histórico de aprobación que exhibe la presidenta Michelle Bachelet?

-Un importante cientista político decía, de manera algo brutal que los dirigentes de gremio no están castrados para opinar y tiene razón. Nosotros formamos parte de la política nacional y, si bien es cierto, uno no se puede meter en la política contingente por respeto a quienes si participan, claro que podemos opinar porque lo que ahí ocurre afecta a nuestra actividad. En lo personal, lamento la baja aprobación, un presidente necesita tener el respaldo suficiente para desarrollar su trabajo. Creo que Chile necesita bajar la incertidumbre, que muchas veces se genera en el debate político diario. Como gremialistas tenemos que ayudar a encausar esta situación por un camino que beneficie a todos los chilenos porque al fin del día esto no es de bandos, ni de izquierdas ni de derechas, nosotros necesitamos unidad para realizar cosas importantes.

La Corproa se sumó a un inserto de la Sofofa con respecto al conflicto mapuche ¿Cuál es la motivación que llevó a la Corporación a firmar esta declaración?

-Nosotros somos parte integrante de la Sofofa y hemos visto los conflictos que tienen los gremios regionales en el sur hace tiempo. Somos solidarios con lo miles de pequeños empresarios del rubro forestal, agrícola, transportista y tantos otros que han tenido que sufrir una situación que además le está causando un daño enorme a todo el país. Es innegable que hay actos de tipo terrorista, entonces estos hechos validan aún más este inserto que fue firmado por 39 gremios nacionales. No fue un acto irresponsable ni antojadizo por parte de la Sofofa, aquí estamos alineados como gremios y, más que eso, estamos preocupados por toda la gente que ha sufrido este conflicto. Pero te aclaro que no es atribuible solo a este gobierno, sino que a todos desde la pacificación de la Araucanía. Por lo mismo, necesitamos que desde ya se empiece a buscar una solución, porque este problema va en perjuicio de todos los chilenos y también de la gran mayoría del pueblo mapuche que es gente buena y noble que nada tiene que ver con el pequeño porcentaje que está influenciado por otro tipo de acciones que hay que erradicar.

¿Qué le parece la crispación política a raíz de los incendios forestales, el país volvió a dividirse en medio de esta catástrofe?

-Hemos tenido dos países en esta gran tragedia, uno como siempre solidario y enfocado en el problema, agradecido, con grandes ejemplos como el de nuestros bomberos o el de Lucy Avilés y su esposo que, sin que importe la fortuna que tengan, hicieron este gran gesto al traer el SuperTanker que se convirtió en un símbolo de esperanza. Sin embargo, también se ha mostrado un país de sombras y aprovechamiento que ha intentado agrandar este conflicto, hemos evidenciado actos vergonzosos en la redes sociales donde las noticias falsas se han propagado por personas crueles y desvergonzadas. Esto ha sido una mezcla, ha sido un ejemplo macabro y una puesta a prueba terrible a nuestra sociedad, pero también ha sido una muestra de heroísmo donde muchas personas han dado su vida por ayudar a su gente, eso es lo que tenemos que resaltar.

Pasando a un plano más personal, pero siempre ligado a la coyuntura, la familia Llorente acaba de lanzar un libro autobiográfico en honor a Daniel Llorente González, su padre, un inmigrante y emprendedor español que llegó a Chile y se quedó para siempre…

-Es difícil hablar de alguien tan cercano como, mi papá que siempre fue un héroe para mí. Sin embargo, tratando de ser objetivo, conociendo su historia, recapitulando de dónde viene y cómo se desenvolvió en Atacama, creí necesario dejar un testimonio sencillo de la gran historia de un hombre que simboliza a cientos de inmigrantes que llegaron a este país tan generoso. Entonces, hoy cuando uno ve el levantamiento de voces en contra de la migración, es necesario aclarar la contribución que la comunidad extranjera simboliza para este país. Por eso me siento muy satisfecho de haber realizado este trabajo que está disponible para todo quien le interesa. En general es leer la historia de un hombre, que sin tener nada más que necesidades, hace una contribución a un país o a una zona donde vive y es capaz de formar una familia y un trabajo, sin duda alguna que es importante.

En esa línea, ¿qué le parece las restricciones que se están planteando a la hora de recibir extranjeros en Chile?

-Creo que el mundo es plano, pretender frenar movimientos migratorios es frenar el sol con un dedo y no considerar el tremendo aporte que una persona que llega a un país significa para el Estado. Los migrantes tributan y, por ende, contribuyen al desarrollo de las naciones, entonces limitar las migraciones son medidas erróneas. En otros países, al menos el 20% de la dotación de una empresa puede ser extranjera, estimo que debemos actuar en forma recíproca, necesitamos a esa gente buena que venga a trabajar y a vivir entre nosotros. El inmigrante no le quita el trabajo al chileno, tampoco hace que se dispare la delincuencia, hay datos que avalan eso. Por supuesto que hay extranjeros malos, pero también los hay chilenos. La historia de Chile es una historia de gente que ha venido de otros lados: italianos, españoles, alemanes e ingleses, etcétera y ahora son nuestros vecinos, entonces debemos tener una legislación moderna con respecto a la migración, que es un proceso que no vamos a detener y que tenemos que aprovecharla para el desarrollo del país.