“Alienígenas Chilenos”, de Francisco Ortega (El Cáliz Secreto, 2019), y editado por Planeta, es el último título del escritor oriundo de Victoria. La obra recopila en cinco partes -bajo distintos prismas- el tema extraterrestre en Chile. Para ello, el autor recoge testimonios, oculta identidades, rememora experiencias, investiga en terreno y en bibliografías. Lo que da por resultado un libro cuyo contenido resulta entretenido, sorpresivo, pero también valioso. Y donde la forma de mostrar la información, una combinación entre relato, entrevista y memoria, resulta atrapante y está al servicio del enfoque de cada capítulo.
Francisco Ortega, en conversación con La Nación, cuenta sobre el estilo y contenido del libro, las consecuencias que ha tenido la publicación en los lectores, sobre el caso, para algunos desconocido, del “Área 51 chilena”, la pertinencia del tema extraterrestre en el imaginario chileno, la conversación que tuvo Pinochet con J.J Benítez, donde le reveló su anécdota con un ovni, el aspecto autobiográfico de la investigación, y finalmente como incidió el estallido Social de octubre del 2019 en la publicación.
¿Qué encontramos en tu último libro?
– “Alienígenas Chilenos” es un libro raro. Es un libro de ficción y no ficción al mismo tiempo. Ahora, ¿que tiene de no ficción?, que todos los casos de los que hablo en el libro son reales. ¿Qué tiene de ficción?, que están dramatizados. Esto es lo que se llama “auto-ficción”, que es tomar un hecho real y recontarlo.
¿Y por qué recontarlo?
-Porque los testimonios me los dieron de forma anónima, entonces me pidieron cambiar las profesiones para evitar cualquier problema, por eso tiene un ingrediente de ficción, pero lo que se cuenta es de “no ficción”. Suena raro, pero es eso.
¿De qué trata “Alienígenas Chilenos”?
-Es un libro que tiene cerca de cuarenta historias de ovnis y apariciones de seres extraños en Chile. Está dividido en cinco partes, que tienen que ver con los distintos temas. La primera parte o capítulo, aunque yo prefiero decir parte, porque cada una está dividida en capítulos internos, es bien íntima, cuenta mi experiencia con la ufología desde que era cabro chico hasta un caso que investigué en persona en el Cajón del Maipo entre el año 94 y 97. La segunda parte, es más de investigación bibliográfica, y tiene que ver con la búsqueda de si existe una tipología de alienígenas propiamente chilena y que se diferencie del resto del mundo. Entonces, ahí busco en lo que son los mitos mapuches, los mitos del sur, pero también ciertas apariciones en algunos determinados tipos de “alienígenas” o seres que ha visto la gente.
Añade que “este capítulo en particular está armado en torno a dos casos fuertes: el de una niña de Panguipulli que me cuenta su experiencia, y un caso que investigué hace mucho tiempo de una señora en Collipulli que tuvo otra experiencia; pero además esta parte se pasea por la historia de Chile, desde O’Higgins, “La Araucana” de Ercilla, etc. La tercera parte se llama Anchimalén, y está centrada en el duende mapuche o del “foo fighter mapuche” que es una presencia que está muy fuerte en la mitología mapuche.
Esto último que mencionas, en tu opinión, ¿sería algo muy propio de la ufología chilena?
– “Alienígenas Chilenos”, todo en su conjunto, es muy chileno, o sea toca la historia de Chile, el folclore, las creencias chilenas y de los mitos urbanos del país, para tratar de proponer una teoría que es muy parecida a un capítulo que está en mi otro libro “Dioses Chilenos” (Planeta, 2018), donde la teoría que se desarrolla es que el “diablo chileno” es un diablo muy distinto al de otros lugares del mundo. Acá es lo mismo, los alienígenas que se pueden ver en Chile son diferente a los que se pueden ver en otras partes del mundo.
¿Y la cuarta parte?
-Tiene que ver con duendes, seres pequeños o raros. Hay un caso de unas señoras que eran visitadas por unos extraños seres en la comuna de Quinta Normal; hay un viaje por los mitos de Chiloé, y no solo el Trauco, sino también otros seres, y todo termina con el capítulo más largo que es el capítulo más político que tiene que ver con el comportamiento de las Fuerzas Armadas y los Objetos Voladores No Identificados.
-Claro.
Reveladora esa parte, y por lo mismo, con todo ese atractivo que tiene esa leyenda o mito urbano, en tu opinión, ¿por qué no es tan conocida en todo Chile?
-Creo que tiene que ver con el tamaño de Chile. Te lo voy a poner en un ejemplo súper sencillo que tiene que ver con otro libro mío que es muy conocido: “Mocha Dick” (Planeta, 2012). La gente no tenía idea que “la ballena blanca” era un mito mapuche, y eso que Isla Mocha está más cerca de Santiago. Pasa que este país es muy largo y tiene demasiadas zonas, y sumado a que Chiloé tiene el monopolio de los mitos y las leyendas chilenas. Ahora, el Área 51, que yo la llamo así, es una leyenda bastante conocida en el norte. De hecho, una anécdota, después que salió el libro: me han llegado muchos mails y mensajes por Facebook de ex funcionarios de la FACh, de ex pilotos de Lan Chile y Sky (Airlines) que leyeron el libro y me quieren contar su historia respecto a esa base.
Como para una secuela.
-Sí, de hecho, me escribió un piloto de Lan, y me contó que cubrió durante mucho tiempo esa ruta del norte y me dijo que quería contarme sobre esa base porque todos los pilotos que han viajado por el norte han visto puertas en los cerros que se abren.
¿Puertas gigantes con bases secretas dentro de los cerros y todo eso?
-Sí, de hecho, también me escribió un señor y me contó: “tengo 60 años, soy ex oficial de la Fuerza Aérea y todo lo que te han contado sobre el Área 51 del norte es cierto, y si quieres nos juntamos porque te puedo dar más información”.
“También me llegó otro correo de un conductor de Turbus. Me contó que había leído el libro el fin de semana, que se lo había regalado su hijo y me dijo: mira eso (del Área 51 del norte) es verdad y me envió su historia escrita”, agrega.
Tu en el libro comentabas que habías tratado de contactarte con organismos oficiales sobre este tema, pero lo que hicieron fue desentenderse.
-Claro. El año pasado fui a dar una charla a la Escuela de Aviación “Capitán Ávalos” y aproveché de preguntarles en persona y me dijeron que no, que no tenían idea de eso, y me dieron un mail para que preguntara. Y ahí me dijeron de nuevo que no sabían de eso. Es que igual son secretos militares, no los van a decir.
Se mencionaba que estaba involucrado Estados Unidos en esta base secreta.
-Esa es la versión del personaje que entrevisté. Yo lo que pongo es su historia, pero no me pongo a evaluarla, pero sí vi su identificación y comprobé que efectivamente fue suboficial de la Fuerza Aérea. Toda la información de él es verdad, pero tampoco no tengo cómo saber si realmente él vio lo que vio. Por eso yo digo al inicio del libro: este no es un libro de certezas, es un libro de testimonios.
Dentro de esa misma parte, como tu nombras, hablas sobre Pinochet y su encuentro con J.J. Benítez para hablar sobre el caso del Cabo Valdés. Partiendo porque ya es muy freak esto, ¿cómo te enteraste de los pormenores?
-Lo que pasa es que yo presenté “Caballo de Troya 9” (Planeta, 2011), ese año en Filsa, y después lo entrevisté para La Tercera, pero en el diario solo publicaron la parte del “Caballo de Troya”, así que me quedé con toda la otra información que ahora está en el libro. Pero parte de lo que cuento es que J.J. Benítez vino en plena dictadura a entrevistar al Cabo Valdés, pero antes de entrevistarlo buscó información oficial, y buscándola llega a Pinochet, y él lo manda a llamar y se entrevista con él… Y Pinochet no solo le entrega la documentación oficial de lo que había sobre el caso del Cabo Valdés, sino que además le cuenta un incidente que tuvo con un ovni antes del atentado en su contra. Y cuando me lo contó yo quedo como ¡What the fuck, qué onda!. (Risas).
No es para menos. (Risas).
-Bueno, traté de rastrear a los guardaespaldas que estuvieron con Pinochet, pero fue imposible.
No se sabe mucho de esa faceta de Pinochet con los ovnis…
-Lo que se sabe es que a él le gustaba mucho el tema y los estudiaba, y que estuvo bien encima de toda la información oficial que tenían la Fuerza Aérea y las FFAA al respecto.
Cuando leí el libro, (y de hecho lo comentaste al inicio de la entrevista) percibí que era bien íntimo, y creo que es el más íntimo que te he leído. ¿Por qué?
-Lo que pasa es que cuando comencé a redactar el libro, me di cuenta que tenía que ver mucho con mi vida, con mi adolescencia. Vi una serie en televisión que se llama “Otros Mundos”, que la hace Javier Sierra, que es un escritor español a quien yo admiro mucho y somos amigos. Bueno, su serie tiene que ver con misterio, búsqueda de misterio en la historia y también de ovnis, pero no es como la clásica serie documental, porque en el fondo el protagonista es él, (Javier Sierra) siendo niño, entonces dije ¡claro! ¡Eso es! En el fondo, tiene que ver con cosas que te fascinaban siendo niño o de adolescente. De ahí comencé a mirar para atrás y de alguna manera el libro, si bien es un libro de investigación y tiene casos, testimonios, tiene mucho de novela autobiográfica por lo que te comentaba.
Tu libro comienza con una dedicatoria particular: “A los verdaderos alienígenas chilenos, por nuestros encuentros cercanos del tipo octubre 2019…”.
-El libro estaba listo antes (del estallido social), iba a salir a fines de agosto o principios de noviembre, porque era como para leerlo en verano, pero llegó el 18 de octubre y se decidió postergarlo por razones evidentes. Y cuando estaba postergándose, aparece la primera dama y dice que lo que pasa “es como una invasión extranjera, alienígena…”. A mí me pareció que era una frase muy extraña, pero a la vez decidora, porque en el fondo, efectivamente, ella sentía que era una invasión extraterrestre. ¿Pero quiénes son los extraterrestres?, nosotros mismos, ¿y qué es lo que ser alienígena?, es sentirse raro en un mundo. Puedes tener la parada política que quieras, puedes ser de derecha, de centro, de izquierda, pero a todos nos cambió lo que ocurrió en octubre de 2019, todos nos convertimos de alguna manera en alienígenas de nuestro propio país.
Francisco Ortega, en conversación con La Nación, cuenta sobre el estilo y contenido del libro, las consecuencias que ha tenido la publicación en los lectores, sobre el caso, para algunos desconocido, del “Área 51 chilena”, la pertinencia del tema extraterrestre en el imaginario chileno, la conversación que tuvo Pinochet con J.J Benítez, donde le reveló su anécdota con un ovni, el aspecto autobiográfico de la investigación, y finalmente como incidió el estallido Social de octubre del 2019 en la publicación.
¿Qué encontramos en tu último libro?
– “Alienígenas Chilenos” es un libro raro. Es un libro de ficción y no ficción al mismo tiempo. Ahora, ¿que tiene de no ficción?, que todos los casos de los que hablo en el libro son reales. ¿Qué tiene de ficción?, que están dramatizados. Esto es lo que se llama “auto-ficción”, que es tomar un hecho real y recontarlo.
¿Y por qué recontarlo?
-Porque los testimonios me los dieron de forma anónima, entonces me pidieron cambiar las profesiones para evitar cualquier problema, por eso tiene un ingrediente de ficción, pero lo que se cuenta es de “no ficción”. Suena raro, pero es eso.
¿De qué trata “Alienígenas Chilenos”?
-Es un libro que tiene cerca de cuarenta historias de ovnis y apariciones de seres extraños en Chile. Está dividido en cinco partes, que tienen que ver con los distintos temas. La primera parte o capítulo, aunque yo prefiero decir parte, porque cada una está dividida en capítulos internos, es bien íntima, cuenta mi experiencia con la ufología desde que era cabro chico hasta un caso que investigué en persona en el Cajón del Maipo entre el año 94 y 97. La segunda parte, es más de investigación bibliográfica, y tiene que ver con la búsqueda de si existe una tipología de alienígenas propiamente chilena y que se diferencie del resto del mundo. Entonces, ahí busco en lo que son los mitos mapuches, los mitos del sur, pero también ciertas apariciones en algunos determinados tipos de “alienígenas” o seres que ha visto la gente.
Añade que “este capítulo en particular está armado en torno a dos casos fuertes: el de una niña de Panguipulli que me cuenta su experiencia, y un caso que investigué hace mucho tiempo de una señora en Collipulli que tuvo otra experiencia; pero además esta parte se pasea por la historia de Chile, desde O’Higgins, “La Araucana” de Ercilla, etc. La tercera parte se llama Anchimalén, y está centrada en el duende mapuche o del “foo fighter mapuche” que es una presencia que está muy fuerte en la mitología mapuche.
Esto último que mencionas, en tu opinión, ¿sería algo muy propio de la ufología chilena?
– “Alienígenas Chilenos”, todo en su conjunto, es muy chileno, o sea toca la historia de Chile, el folclore, las creencias chilenas y de los mitos urbanos del país, para tratar de proponer una teoría que es muy parecida a un capítulo que está en mi otro libro “Dioses Chilenos” (Planeta, 2018), donde la teoría que se desarrolla es que el “diablo chileno” es un diablo muy distinto al de otros lugares del mundo. Acá es lo mismo, los alienígenas que se pueden ver en Chile son diferente a los que se pueden ver en otras partes del mundo.
¿Y la cuarta parte?
-Tiene que ver con duendes, seres pequeños o raros. Hay un caso de unas señoras que eran visitadas por unos extraños seres en la comuna de Quinta Normal; hay un viaje por los mitos de Chiloé, y no solo el Trauco, sino también otros seres, y todo termina con el capítulo más largo que es el capítulo más político que tiene que ver con el comportamiento de las Fuerzas Armadas y los Objetos Voladores No Identificados.
LEYENDA CONOCIDA
“El Área 51 chilena” que mencionas, la base militar que está en el norte…-Claro.
Reveladora esa parte, y por lo mismo, con todo ese atractivo que tiene esa leyenda o mito urbano, en tu opinión, ¿por qué no es tan conocida en todo Chile?
-Creo que tiene que ver con el tamaño de Chile. Te lo voy a poner en un ejemplo súper sencillo que tiene que ver con otro libro mío que es muy conocido: “Mocha Dick” (Planeta, 2012). La gente no tenía idea que “la ballena blanca” era un mito mapuche, y eso que Isla Mocha está más cerca de Santiago. Pasa que este país es muy largo y tiene demasiadas zonas, y sumado a que Chiloé tiene el monopolio de los mitos y las leyendas chilenas. Ahora, el Área 51, que yo la llamo así, es una leyenda bastante conocida en el norte. De hecho, una anécdota, después que salió el libro: me han llegado muchos mails y mensajes por Facebook de ex funcionarios de la FACh, de ex pilotos de Lan Chile y Sky (Airlines) que leyeron el libro y me quieren contar su historia respecto a esa base.
Como para una secuela.
-Sí, de hecho, me escribió un piloto de Lan, y me contó que cubrió durante mucho tiempo esa ruta del norte y me dijo que quería contarme sobre esa base porque todos los pilotos que han viajado por el norte han visto puertas en los cerros que se abren.
¿Puertas gigantes con bases secretas dentro de los cerros y todo eso?
-Sí, de hecho, también me escribió un señor y me contó: “tengo 60 años, soy ex oficial de la Fuerza Aérea y todo lo que te han contado sobre el Área 51 del norte es cierto, y si quieres nos juntamos porque te puedo dar más información”.
“También me llegó otro correo de un conductor de Turbus. Me contó que había leído el libro el fin de semana, que se lo había regalado su hijo y me dijo: mira eso (del Área 51 del norte) es verdad y me envió su historia escrita”, agrega.
Tu en el libro comentabas que habías tratado de contactarte con organismos oficiales sobre este tema, pero lo que hicieron fue desentenderse.
-Claro. El año pasado fui a dar una charla a la Escuela de Aviación “Capitán Ávalos” y aproveché de preguntarles en persona y me dijeron que no, que no tenían idea de eso, y me dieron un mail para que preguntara. Y ahí me dijeron de nuevo que no sabían de eso. Es que igual son secretos militares, no los van a decir.
Se mencionaba que estaba involucrado Estados Unidos en esta base secreta.
-Esa es la versión del personaje que entrevisté. Yo lo que pongo es su historia, pero no me pongo a evaluarla, pero sí vi su identificación y comprobé que efectivamente fue suboficial de la Fuerza Aérea. Toda la información de él es verdad, pero tampoco no tengo cómo saber si realmente él vio lo que vio. Por eso yo digo al inicio del libro: este no es un libro de certezas, es un libro de testimonios.
Dentro de esa misma parte, como tu nombras, hablas sobre Pinochet y su encuentro con J.J. Benítez para hablar sobre el caso del Cabo Valdés. Partiendo porque ya es muy freak esto, ¿cómo te enteraste de los pormenores?
-Lo que pasa es que yo presenté “Caballo de Troya 9” (Planeta, 2011), ese año en Filsa, y después lo entrevisté para La Tercera, pero en el diario solo publicaron la parte del “Caballo de Troya”, así que me quedé con toda la otra información que ahora está en el libro. Pero parte de lo que cuento es que J.J. Benítez vino en plena dictadura a entrevistar al Cabo Valdés, pero antes de entrevistarlo buscó información oficial, y buscándola llega a Pinochet, y él lo manda a llamar y se entrevista con él… Y Pinochet no solo le entrega la documentación oficial de lo que había sobre el caso del Cabo Valdés, sino que además le cuenta un incidente que tuvo con un ovni antes del atentado en su contra. Y cuando me lo contó yo quedo como ¡What the fuck, qué onda!. (Risas).
No es para menos. (Risas).
-Bueno, traté de rastrear a los guardaespaldas que estuvieron con Pinochet, pero fue imposible.
No se sabe mucho de esa faceta de Pinochet con los ovnis…
-Lo que se sabe es que a él le gustaba mucho el tema y los estudiaba, y que estuvo bien encima de toda la información oficial que tenían la Fuerza Aérea y las FFAA al respecto.
Cuando leí el libro, (y de hecho lo comentaste al inicio de la entrevista) percibí que era bien íntimo, y creo que es el más íntimo que te he leído. ¿Por qué?
-Lo que pasa es que cuando comencé a redactar el libro, me di cuenta que tenía que ver mucho con mi vida, con mi adolescencia. Vi una serie en televisión que se llama “Otros Mundos”, que la hace Javier Sierra, que es un escritor español a quien yo admiro mucho y somos amigos. Bueno, su serie tiene que ver con misterio, búsqueda de misterio en la historia y también de ovnis, pero no es como la clásica serie documental, porque en el fondo el protagonista es él, (Javier Sierra) siendo niño, entonces dije ¡claro! ¡Eso es! En el fondo, tiene que ver con cosas que te fascinaban siendo niño o de adolescente. De ahí comencé a mirar para atrás y de alguna manera el libro, si bien es un libro de investigación y tiene casos, testimonios, tiene mucho de novela autobiográfica por lo que te comentaba.
Tu libro comienza con una dedicatoria particular: “A los verdaderos alienígenas chilenos, por nuestros encuentros cercanos del tipo octubre 2019…”.
-El libro estaba listo antes (del estallido social), iba a salir a fines de agosto o principios de noviembre, porque era como para leerlo en verano, pero llegó el 18 de octubre y se decidió postergarlo por razones evidentes. Y cuando estaba postergándose, aparece la primera dama y dice que lo que pasa “es como una invasión extranjera, alienígena…”. A mí me pareció que era una frase muy extraña, pero a la vez decidora, porque en el fondo, efectivamente, ella sentía que era una invasión extraterrestre. ¿Pero quiénes son los extraterrestres?, nosotros mismos, ¿y qué es lo que ser alienígena?, es sentirse raro en un mundo. Puedes tener la parada política que quieras, puedes ser de derecha, de centro, de izquierda, pero a todos nos cambió lo que ocurrió en octubre de 2019, todos nos convertimos de alguna manera en alienígenas de nuestro propio país.
