“Israel ha perdido la fe en la capacidad del alto comisionado para promover los derechos humanos”, sentenció el gobierno israelí al responder a las declaraciones de quien ostenta ese cargo en la ONU, Michelle Bachelet, luego que ésta llamara a ese país a cesar en un intento de anexar parte del territorio de Cisjordania a su estado.

El propósito del estado israelí es incorporar a su soberanía el Valle del Jordán y colonias judías de Cisjordania -ocupada desde 1967-, plan que podría iniciarse este miércoles 1 de julio, según establece el pacto de coalición del Gobierno israelí, pero que aún no ha resuelto cómo procederá.

Al respecto, la alta comisada de Naciones Unidas para los DDHH, sentenció el lunes en un comunicado que “la anexión es ilegal. Punto final. Cualquier anexión. Se trate del 30% o del 5% de Cisjordania”, al tiempo queinstó a las autoridades a escuchar a quienes les piden no seguir adelante con la idea.

“Insto a Israel a que escuche a sus ex dirigentes y generales, así como a las múltiples voces en todo el mundo que le advierten de no proseguir por este peligroso camino”, pidió la ex mandataria, subrayando que “las consecuencias precisas de la anexión no pueden predecirse, pero podrían ser desastrosas para los palestinos, para Israel y para el conjunto de la región”.

Por último, dijo que si se ejecuta el plan, las restricciones del derecho a la libertad de movimiento aumentarán también a medida que los “centros de población palestina se conviertan en ‘enclaves’”.

Fue este pronunciamiento el que generó la inmediata respuesta israelí, que mediante su cancillería replicó que “esta no es la primera vez” que Bachelet “ha politizado su oficina contra Israel, de manera unilateral”.

“No es sorprendente que haya decidido hoy unirse a la campaña palestina contra el plan de paz estadounidense, publicar declaraciones antes de tomar una decisión”, añadió la cartera, recordando que en febrero pasado anunció que “congelaría sus relaciones con la Alta Comisionada debido a su actitud unilateral y discriminatoria hacia el Estado de Israel”.

El proceso -al que los palestinos se oponen de manera rotunda- es apoyado únicamente por Estados Unidos, ya que la mayoría de la comunidad internacional también lo rechaza al verlo incompatible con la ley internacional.

No obstante, los detalles del procedimiento aún no están claros, a que se desconoce la extensión de territorio y localizaciones exactas que se pretenden anexionar, así como los plazos del proceso, situación que podría verse aplazada o modificada en algunos aspectos para reducir el impacto que tendrá.

Esto, debido a que aún no se zanja el desacuerdo entre el primer ministro, Benjamín Netanyahu, con su principal socio, el secretario de Defensa, Beny Gantz, contrario a tomar acciones unilaterales sin coordinación con la comunidad internacional, lo que les ha llevado incluso a hacer declaraciones contradictorias que ilustran su falta de acuerdo.

Mientras, Estados Unidos, que ha promovido la anexión de Cisjordania al estado de Israel, gestiona con su embajador, David Friedman, y el enviado especial de la Casa Blanca en Medio Oriente, Avi Berkowitz, el poder lograr un acuerdo para ejecutar lo planificado.