Finalmente la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 decidió retirar del circuito de equitación una estatua de un luchador de sumo, que en los últimos días había despertado varias quejas de los jinetes, quienes acusaban a la figura de distraer a los caballos.
El “rakishi” de tamaño natural y algunos cerezos fueron retirados justo antes del desarrollo de la prueba por equipos y fueron reemplazados por un samurai y un sushi gigante.
Según informan desde Japón, el diseñador y autor intelectual de la pista, Santiago Varela, tenía pensado ya retirar la figura que causó la desconcentración de varios equinos, lo cual perjudicó a algunos competidores en su puntuación.
La estatua en el obstáculo 10 fue un dolor de cabeza para varios, a tal punto que antes de las pruebas individuales varios jinetes fueron hasta el lugar con el fin de que sus caballos se adaptaran a su presencia. Al terminar el brinco, lo primero que se encontraban era la espalda del sumo.
De todas formas, los competidores no guardaron rencor con Varela, ya que consideran que si no hubiesen estos detalles, los Juegos Olímpicos serían como cualquier otra prueba.