La académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, integrante de la mesa de expertos y expertas, Saludable-Mente, Olga Toro, expuso ante la Mesa Social Covid-19, a un año de la pandemia, las principales conclusiones y efectos que ha tenido sobre la salud mental de la población.

Debido a la prolongación de la emergencia sanitaria, la especialista actualizó el impacto que ha tenido entre las personas el virus y sus consecuencias. “Vemos que la situación sobre todo del nuevo contexto de agudización de la pandemia viene a generar un escenario que es poco favorable por el impacto que tiene en el distrés emocional de la población”, advierte.

Además, la especialista explica que, al inicio de la pandemia, la preocupación era fundamentalmente por las secuelas que significarían el confinamiento, las cuarentenas y el término de clases presenciales. Sin embargo, asegura que hoy se agrega nueva evidencia que muestra que “hay secuelas neurosiquiátricas en los pacientes sobrevivientes de Covid-19. Es decir, hay consecuencias emocionales, en el campo de los trastornos ansiosos que forman parte del miedo, del susto, por lo vivido y sobretodo en población que estuvo en la UCI”.

Dentro de la presentación realizada también se señala que, a un año de la pandemia, se confirma la existencia de prioridades urgentes a desarrollar a raíz de la profundización de desigualdades, específicamente en población de riesgo tales como mujeres, niños, niñas, adolescentes y trabajadores de la salud.

Hoy dice la académica, y con la evidencia presentada, existe preocupación por “la velocidad de la implementación de esas recomendaciones. En la medida en qué se apure la implementación de las medidas por supuesto vamos a estar en un mejor escenario para apoyar a la población”.

En la presentación hecha se señala que es imposible que se modifiquen los riesgos de la pandemia en la ciudadanía si no se han implementado las medidas identificadas y acordadas para mitigarlos. Para esto, se sugiere convocar con “urgencia al Consejo asesor permanente de seguimiento de implementación derivada de mesa de expertos Saludable-Mente, mantener el presupuesto público de expansión 2021 como presupuesto de continuidad de dicho programa y priorización de las medidas en población de riesgo”.

Por su parte, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, señaló que “desde el comienzo hemos insistido que la salud mental, sobre todo el aspecto comunitario de la salud mental es crítico, porque es una de las áreas más vulnerables, que más se ven dañadas en medio la pandemia, como también es la principal herramienta que tenemos para actuar en forma adecuada y comportarnos de una manera proactiva en situación tan difícil como esta”.

En abril de 2020, la Universidad de Chile presentó a la Mesa Social Covid-19 la propuesta titulada Estrategia Nacional Para la Salud Mental. El documento, formulado por las académicas Vania Martínez, Sonia Pérez, la doctora del Hospital Clínico Cecilia Morales y el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Roberto Aceituno, planteaba criterios de intersectorialidad, vinculación territorial, participación y desarrollo humano para aplicar a las políticas de salud mental hoy, tomando en cuenta a la población general pero también grupos específicos de riesgo como el personal de salud, los entornos de enfermos y fallecidos por Covid-19, personas con diagnóstico psiquiátrico previo y mujeres y niños, niñas y adolescentes.