Sólo con la excepción del 2010, debido a las consecuencias del terremoto que remeció Chile durante aquel verano, hemos vivido un período de 16 años jugando torneos cortos. Muchas veces con playoffs y últimamente en formato liguero, sólo queda decir “gracias” por el fin de este tipo de torneos.
Si bien a algunos les gustaba la emoción de aquellos partidos de ida y vuelta o la forma cómo se definieron los últimos cuatro campeonatos, lo cierto es que la reinstauración del torneo anual permitirá premiar la regularidad a lo largo del tiempo, y dejará en evidencia a los que sólo tienen rachas puntuales durante la competencia.
No podemos negar que los últimos campeones fueron justos merecedores, pero nadie podrá decir que la Universidad Católica 2016 de Mario Salas, la Universidad de Chile del primer semestre 2016 de Ángel Guillermo Hoyos o el actual Colo Colo de Pablo Guede son equipos avasalladores.
Aprovecharon sus momentos, contaron con bajones inesperados de otros equipos y lograron mantener el tranco en la recta final de cada campeonato. Así eran las reglas y por lo mismo no hay nada que discutirles.
Sin embargo, si hubieran sido grandes equipos, hubiesen demostrado algo a nivel internacional y no fue así: Católica fue último en su grupo en la Copa Libertadores 2017, la “U” se fue con un global de 4-0 ante Corinthians y Colo-Colo quedó eliminado ante Botafogo en la máxima competencia continental a nivel de clubes, sumando un fracaso más a su extensa lista de los últimos años.
Otro aspecto donde varios pondrán en duda el actual sistema de torneo, es la situación que viven algunos clubes. Unión Española y Universidad de Concepción dirimen cuál de los dos va a Libertadores y Sudamericana. Mientras los hispanos sumaron 53 puntos este año, los del “Campanil” sólo sumaron 41 y en la tabla de coeficiente de rendimiento de los últimos tres torneos terminaron en el 12°.
Audax Italiano y Everton, por ejemplo, que van a Sudamericana, este año completaron 47 unidades y no tendrán la posibilidad que verá el “Campanil” en partidos de ida y vuelta ante los dirigidos por Martín Palermo. ¡Hasta Deportes Temuco, con 44, tiene mejor puntaje que los de la VIII Región!
Un Temuco que, por cierto, agradece al Cielo la oportunidad de jugar el segundo torneo en importancia en Sudamérica, pues este último semestre logró la clasificación ganando sólo cinco partidos.
En cuanto al torneo anual, este permitirá que los equipos se preparen de mejor forma y no necesiten obtener resultados en las primeras cinco fechas. Ahora no habrá excusas para los jugadores que se integren tarde y que usualmente no hacen una pretemporada correcta. De ahora en más, tendrán tiempo.
Además, esto dará a nuestros representantes la posibilidad de enfocarse en la fase de grupos de la Libertadores. En Brasil, por ejemplo, una buena parte de dicha instancia se juega en paralelo a los campeonatos estaduales y, por lo mismo, le dan más importancia a la copa. Esperemos que acá pase algo similar y que la falta de plantel no sea excusa.
En definitiva, en diciembre de 2018 estaremos viendo por fin a un equipo que será campeón batallando 30 fechas, manteniendo una regularidad a lo largo del año y se evitará que peleen arriba equipos que tienen rachas de tres o cuatro partidos. A partir de ahora, el campeón no conocerá las dudas que muchas veces dejan quienes triunfaron en torneos semestrales.
*José Tomás Fernández es Periodista de la Universidad Diego Portales e integrante del programa “Cónclave Deportivo” de Radio La Clave.