De acuerdo a la indagatoria policial, las pruebas iniciales apuntan a la “existencia de un esquema de corrupción que involucra a una organización social contratada para la instalación de hospitales de campaña y funcionarios de la cúpula de la gestión del sistema de Salud del Estado de Rio de Janeiro”.
La autoridad, reconocido adversario político del presidente Jair Bolsonaro, negó cualquier participación en el delito que se le está imputando en el marco de la emergencia sanitaria que ha cobrado más de 22 mil vidas en la potencia sudamericana.
TV Globo mostró vehículos y agentes de la PF apostados en el Palacio de Laranjeiras, así como en la casa donde Witzel vivía antes de asumir el cargo y en el apartamento del exsubsecretario de Salud Gabriell Neves, en el acomodado barrio de Leblon.
Varias personas fueron detenidas a principios de mayo, entre ellas Neves, sospechosas de integrar un esquema de compra fraudulenta de respiradores, esenciales para tratar casos graves del nuevo coronavirus.
Witzel, un exjuez que fue elegido en 2018 con un fuerte discurso anticorrupción, niega haber participado en cualquier irregularidad.
“No hay absolutamente ninguna participación o autoría de mi parte en ningún tipo de irregularidad”, afirmó en un comunicado, en el que dijo estar “a disposición de la justicia” y “tranquilo sobre el desdoblamiento de los hechos”.
El gobernador criticó el hecho de que en la víspera una diputada oficialista se refiriera públicamente a futuras investigaciones contra gobernadores, “lo que demuestra que hubo iltraciones”.
Inicialmente aliado de Bolsonaro, Witzel es hoy uno de sus más firmes opositores, especialmente en relación a las medidas de aislamiento adoptadas en Rio, Sao Paulo y otros estados para contener el avance de la enfermedad, que el presidente critica por su impacto en la economía.
De los nueve hospitales de campaña previstos en el estado de Rio de Janeiro, solo tres han sido inaugurados hasta ahora, dos de ellos construidos y gestionados por la iniciativa privada, según informaciones del gobierno.
Rio de Janeiro ya registró más de 4.000 muertes y 39.000 contagios por covid-19, que en todo Brasil se ha cobrado 23.473 vidas y ha infectado a 374.898 personas.
Especialistas advierten sin embargo que los contagios podrían ser hasta quince veces superiores debido a la falta de pruebas de diagnóstico generalizadas.