La partida de póquer entre británicos y europeos en busca de un tratado comercial posbrexit subió de tono este miércoles: Bruselas llamó a Londres a moverse de sus posiciones y el primer ministro Boris Johnson advirtió que está “preparado” para una ruptura sin acuerdo.
Sin resultado pese a las nueve rondas de negociación realizadas desde marzo, los diálogos en busca de un acuerdo de libre comercio que rija las relaciones a ambos lados del Canal de la Mancha cuando el 31 de diciembre termine el período de transición posbrexit se reanudaron este miércoles en Londres.
Deben continuar hasta el viernes, cuando está previsto un encuentro entre los dos principales negociadores, Michel Barnier y David Frost.
Pero empezaron con una llamada telefónica entre Johnson y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en que ambos responsables políticos se esforzaron por dejar claro que no aceptarán un acuerdo a cualquier precio, pese a las catastróficas consecuencias económicas que tendría una ruptura brutal.
“El primer ministro subrayó nuestro claro compromiso en tratar de llegar a un acuerdo” considerando que es “lo mejor para ambas partes”, afirmó el portavoz de Downing Street. Pero dejó claro que el Reino Unido está “preparado” para romper bruscamente con la UE a finales de año “si no se llegaba a un acuerdo”, agregó.
Según Michel, “la UE quiere un acuerdo pero no a cualquier precio”. “Llegó la hora de que el Reino Unido ponga las cartas sobre la mesa”, tuiteó tras hablar con el líder británico.
Según una fuente europea en Bruselas, “fue una llamada para establecer el estado de la situación”. “Seguimos insistiendo en lograr un acuerdo, que sería bueno para ambas partes, e instamos al Reino Unido a moverse, pero aún no es seguro” que lo logremos, agregó.
Amenaza de ruptura brutal
Durante una conversación por videoconferencia el sábado, Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acordaron acelerar el diálogo en un intento por superar el estancamiento y llegar a un acuerdo en una carrera contra el reloj.
Los europeos aspiran a alcanzar un acuerdo a fines de octubre, pero las partes han sido incapaces de acercar sus posiciones en los tres temas críticos: pesca, ayudas públicas y gobernanza del acuerdo.
Pero Londres ha fijado un límite aún más corto: el 15 de octubre, fecha de la próxima cumbre europea en Bruselas.
Esta visita de los europeos a Londres no se considera una negociación formal, precisó el portavoz de Downing Street, asegurando que ambas partes se centrarán esta semana en los grandes puntos de divergencia y las negociaciones se reanudarán la próxima semana en Bruselas.
Según fuentes concordantes, Barnier llamó esta semana a los ministros de pesca de los países que se verían más afectados en caso de una ruptura brutal con Londres.
A menos de tres meses de la fecha crítica en que el Reino Unido abandonará definitivamente las normas y regulaciones europeas, Johnson ya advirtió el domingo que su país podría “muy bien vivir” con una ruptura sin acuerdo.
Y según un alto funcionario europeo, este sentimiento también ha comenzado a surgir entre los 27 países del bloque.
Sin embargo, la ausencia de un acuerdo sobre esa relación posbrexit tendría consecuencias potencialmente desastrosas para las economías de ambas partes, ya muy duramente afectadas por la pandemia de coronavirus.
Los países europeos creen que Londres todavía no ha demostrado una voluntad de negociar realmente los tres temas pendientes, mientras que el Reino Unido acusa a Bruselas de imponerle reglas inaceptables para obtener un tratado de libre comercio.
La ratificación de un posible acuerdo también sigue amenazada por las tensiones surgidas por un proyecto de ley impulsado por el gobierno británico que cuestiona compromisos relativos a Irlanda del Norte incluidos en el acuerdo de divorcio. Este entró en vigor el 31 de enero, cuando el Reino Unido abandonó oficialmente la UE para entrar en el actual periodo de transición que vence a final de año.