El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, replicó la columna publicada este jueves en El Mercurio por José Miguel Insulza, quien lo aludió directamente por sus críticas al gesto que hizo en su momento al ex senador y ex ministro Pablo Longueira, complicado en los casos SQM y Corpesca.
En la columna titulada “La justicia y la democracia se fortalecen con prudencia y respeto”, el ex secretario general de la OEA y ex ministro de los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos compara el clima político del país con el de la UP, dice que los únicos que pueden condenar son los tribunales de justicia y fustiga a ciertos “‘defensores’ de la libertad de expresión” que a su juicio “se sienten en el deber de condenar” por adelantado. En especial, a Insulza le molestaron las frases de una columna anterior de Peña sobre Longueira donde habla de “sumisión” y “lealtad canina” del ex presidenciable UDI hacia SQM.
“Temo que el agente José Miguel Insulza confunde las cosas (es de suponer que involuntariamente) en su columna de ayer”, parte señalando Peña en su réplica de hoy, publicada en las Cartas al Director de El Mercurio.
“Desde luego insiste en que son los tribunales los que deben juzgar conductas como las del ex senador Longueira y otras similares, y eso es cierto. Pero lo es en lo que respecta al juicio jurídico, no al político”, aclara el abogado y columnista habitual de El Mercurio.
Añade que “de lo que se trata en el caso del senador y en otros similares es de emitir una crítica o un juicio político. La confusión (es de esperar que involuntaria), entonces salta a la vista: el agente Insulza esgrime un principio jurídico para evitar emitir un juicio político. Eso no parece razonable en un político de su prestigio que aspira, según ha dejado ver, conducir el país”.
Al finalizar, señala que “omitir toda crítica respecto a la conducta de un político que aspiró a la Presidencia de la República, mientras mantenía una conducta incompatible con ella, es el tipo de actos que abona la afirmación de que en Chile parece haberse conformado una elite distante de la ciudadanía (¿la clase política?) extremadamente comprensiva consigo misma y carente de sentido crítico respecto a los actos de sus miembros“.
AUTOR: Samuel Romo
FUENTE: La Nación