Según remarcó, “la derrota” del expresidente “ensombrece el futuro de la izquierda en Chile” y que “la que triunfó fue la izquierda light”.
Peña hace hincapié en que la partida de Lagos de la carrera presidencial “equivale al derrumbe de un proyecto histórico, la conducción gradual de la modernización capitalista hacia mayores niveles de igualdad, que el triunfo electoral de Alejandro Guillier no podrá reverdecer”.
“La izquierda chilena parece atrapada o por el buenismo (la idea de que la política es cosa de buenas intenciones, un asunto de sentido común, como parece ser, al menos hasta ahora, el caso de Beatriz Sánchez) o por un pragmatismo a ras de encuestas (la idea de que la opinión del público, el mismo que ve televisión y aplaude a sus figuras, entre ellas a Guillier, equivale a la formación de la voluntad ciudadana)”, añade.