Tras su mediática renuncia a Chilevisión, Carola de Moras concedió una entrevista a revista YA, donde habló sobre su paso por la televisión y lo que fue su quiebre con el animador Rafael Araneda.
La conductora señaló que se siente aliviada tras dejar el canal, argumentando que “el radar de las confianzas una lo tiene atrofiado y de repente hace falta una mantención. Yo hoy veo caras y no intenciones”.
“Me duele en el alma, hoy día, no estar haciendo lo que de verdad me encanta, que es comunicar y entretener a las personas“, agregó.
De igual modo, la exanimadora del Festival de Viña precisó que “el precio que hay que pagar por eso no estoy dispuesta a pagarlo. Al final, en esta televisión machista una paga costos, porque las mujeres siempre estamos más expuestas”.
“Cuando manifesté que había un tema donde se habían expuesto las confianzas y donde era bueno salir a hablar, todos decían ‘no, qué exagerada‘, ‘no es necesario‘ y ‘para qué‘. Te aseguro que lo hubiese pedido un compañero y habrían dicho ‘sí, todo el rato, ¿cómo lo manejamos’?“, profundizó De Moras.
Por último, indicó que “me pasó este año y me lleva pasando años, que claramente me empezó a molestar que siempre, cuando las mujeres exigíamos nuestros derechos o pedíamos cosas, era ‘uy, la mujer que está alegando, que viene a quejarse’. Y un compañero hace la misma petición y era ‘tiene razón, este gallo sabe'”.
La conductora señaló que se siente aliviada tras dejar el canal, argumentando que “el radar de las confianzas una lo tiene atrofiado y de repente hace falta una mantención. Yo hoy veo caras y no intenciones”.
“Me duele en el alma, hoy día, no estar haciendo lo que de verdad me encanta, que es comunicar y entretener a las personas“, agregó.
De igual modo, la exanimadora del Festival de Viña precisó que “el precio que hay que pagar por eso no estoy dispuesta a pagarlo. Al final, en esta televisión machista una paga costos, porque las mujeres siempre estamos más expuestas”.
“Cuando manifesté que había un tema donde se habían expuesto las confianzas y donde era bueno salir a hablar, todos decían ‘no, qué exagerada‘, ‘no es necesario‘ y ‘para qué‘. Te aseguro que lo hubiese pedido un compañero y habrían dicho ‘sí, todo el rato, ¿cómo lo manejamos’?“, profundizó De Moras.
Por último, indicó que “me pasó este año y me lleva pasando años, que claramente me empezó a molestar que siempre, cuando las mujeres exigíamos nuestros derechos o pedíamos cosas, era ‘uy, la mujer que está alegando, que viene a quejarse’. Y un compañero hace la misma petición y era ‘tiene razón, este gallo sabe'”.
