De acuerdo a un catastro de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena), que publicó La Tercera, la jubilación más alta la tiene el exfiscal militar Fernando Torres Silva, con una jubilación de $3.254.850.
Otros de los condenados con mayor pago es el exdirector de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE), Eugenio Covarrubias Valenzuela, quien recibe $2.940.671 desde el 1 de agosto de 1997, mientras que Miguel Krassnoff recibe $2.489.658 cada mes.
En tanto, el exbrigadier del Ejército e integrante de la Brigada Lautaro de la DINA, Miguel Krassnoff Martchenko, uno de los agentes de la represión que acumula más condenas, sumando cerca de 500 años de prisión, también obtiene una de las jubilaciones más altas, de $2.489.658 desde 1999.
El exsubdirector de la DINA, Raúl Iturriaga Neumann, recibe al mes $2.143.977, mientras que el exjefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Álvaro Corbalán Castilla, cuenta con una pensión de $716.442.
El abogado de casos de lesa humanidad, Nelson Caucoto, señaló a este medio que “el hecho de ser violador de derechos humanos no impide mantener la pensión. El tema va por otro lado: cómo este país no tiene en cuenta un sistema de degradación. Ellos debieran perder sus cargos, porque mientras más jerarquía ostentan, más pensión reciben”.