El hecho ocurrió el 20 de febrero de 2018, a las 08:45 horas, cuando la adolescente de 15 años concurrió al centro asistencial a realizarse el examen para el cual debía llegar sin haber dormido, recostarse en una camilla y permanecer inmóvil con electrodos en su cabeza.
El fiscal jefe de Angol, Cristián Gacitúa, explicó que el condenado, quien a la fecha se desempeñaba como tecnólogo médico del hospital, cometió el delito aprovechando el estado de indefensión en que permanecía la paciente que padece epilepsia.
“El tribunal, luego de conocer la prueba rendida por la fiscalía, dio por acreditado los hechos de la acusación, que configuran el delito de abuso sexual bajo la causal de incapacidad para oponerse de la víctima, toda vez que ésta estaba varios cables adheridos a su cabeza, además se encontraba acostada en una camilla, con los ojos cerrados y una privación de sueño importante”, detalló el persecutor.
En el juicio el fiscal presentó seis testigos, entre ellos el médico jefe del servicio de neurología del Hospital de Angol, quien refirió que en 2017 el imputado había sido denunciado por actos de connotación sexual por un paciente adulto, también durante la realización de un examen.
El Tribunal Oral Penal de Angol, donde radica la causa, dará lectura a la sentencia este viernes, a las 13:00 horas.
El Ministerio Público está solicitando una pena de cuatro años de presidio, sujeción a vigilancia policial durante los diez años siguientes al cumplimiento de la condena y cuatro años de inhabilitación para empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos que involucren una relación directa con menores de edad.