La situación se produjo el martes cuando el vuelo 89 de Delta Airlines, con 149 pasajeros a bordo, que había despegado desde esa ciudad en Estados Unidos, con destino a Shanghai en China, presentó un desperfecto que la obligó a liberar el compuesto para hacer un aterrizaje de emergencia disminuyendo el riesgo de una eventual explosión.
Esta acción implicó que gran parte del hidrocarburo cayera en una escuela primaria situada 24 kilómetros al este de la ciudad, en momentos en que los alumnos, profesores y personal del establecimiento se encontraban el patio, siendo varios de ellos afectados en su salud con irritaciones cutáneas y dificultades para respirar.
“Todas las heridas fueron menores sin necesidad de transportar a nadie de la escuela al hospital. No hay órdenes de evacuación en el área”, informaron los bomberos, que atendieron a un total de 20 niños y 11 adultos, según un nuevo balance.
El ente regulador de la aviación civil, la FAA, abrió una minuciosa investigación sobre este incidente, señalando que hay “procesos especiales de liberación de combustible para aeronaves operando dentro y fuera de cualquier gran aeropuerto de Estados Unidos”.
“Estos procedimientos incluyen soltar combustible en determinadas zonas no pobladas, típicamente a mayor altitud de manera que el combustible se atomice y se disperse antes de llegar al suelo”, indicó en un comunicado publicado en Twitter.