El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este martes el atentado suicida perpetrado contra los asistentes al funeral de un comandante de la policía en la provincia afgana de Nangarhar, en el que murieron 24 personas y 68 resultaron heridas.
“El yihadista Abdallah al Ansari logró llegar a una congregación de fuerzas de seguridad afganas y miembros de una milicia aliada en Nangarhar, haciendo estallar su cinturón (…) y matando e hiriendo a 100 apóstatas”, dijo el EI en un comunicado publicado en la red social Telegram.
Sin embargo, este grupo no mencionó el otro atentado perpetrado también el martes en Afganistán contra un hospital de la capital, Kabul, en el que murieron al menos 14 personas, incluyendo dos bebés.
El hospital atacado, que dispone de una importante maternidad, se encuentra en el oeste de Kabul, donde vive la minoría hazara, blanco habitual de ataques de militantes del grupo Estado Islámico (EI).
Este estallido de violencia en Afganistán coincide con la crisis sanitaria del coronavirus, que obliga a llevar a cabo operaciones militares en todo el país para impedir contagios.
“El yihadista Abdallah al Ansari logró llegar a una congregación de fuerzas de seguridad afganas y miembros de una milicia aliada en Nangarhar, haciendo estallar su cinturón (…) y matando e hiriendo a 100 apóstatas”, dijo el EI en un comunicado publicado en la red social Telegram.
Sin embargo, este grupo no mencionó el otro atentado perpetrado también el martes en Afganistán contra un hospital de la capital, Kabul, en el que murieron al menos 14 personas, incluyendo dos bebés.
El hospital atacado, que dispone de una importante maternidad, se encuentra en el oeste de Kabul, donde vive la minoría hazara, blanco habitual de ataques de militantes del grupo Estado Islámico (EI).
Este estallido de violencia en Afganistán coincide con la crisis sanitaria del coronavirus, que obliga a llevar a cabo operaciones militares en todo el país para impedir contagios.