Beneficioso para quienes gustan comenzar el día con luz natural y desfavorable para quienes no les agrada salir a oscuras del trabajo, el cambio de horario que comienza a regir a partir de la medianoche de este sábado, donde automáticamente se atrasará el reloj en una hora, no deja a nadie indiferente.
Aunque no lo creamos, un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, por lo que el sueño adquiere aún más relevancia, ya que cuando existen alteraciones al dormir, se puede impactar una serie de órganos, desde el corazón hasta el sistema inmunológico, además de traer consigo problemas psiquiátricos que pueden desencadenar síntomas depresivos como desgano o decaimiento.
Alex Espinoza, neurólogo de Clínica Bicentenario, dice que “lo primero que hay que aclarar, es que este cambio de horario, en términos generales, es totalmente inocuo para la población. No obstante, existen cierto grupo de personas que pueden ser proclives a presentar algún tipo de alteración con estos cambios, como los pacientes con antecedentes de patologías del sueño, cuadros depresivos y algunas patologías médicas”.
“El sueño impacta una serie de órganos, por lo que cuando hay alteraciones de sueño, en un mediano a largo plazo, empiezan a generarse repercusiones en la esfera psiquiátrica y cognitiva, donde se pueden evidenciar alteraciones en la memoria, la persona se siente más olvidadiza, hay fallas en la atención y en la concentración. Ocurre, por ejemplo, cuando dormimos poco”, explica.
En el caso de este cambio horario, asegura, esta problemática se presenta raramente, ya que resulta más beneficioso la el organismo, por el hecho de aumentar el sueño en una hora.
Aunque no lo creamos, un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, por lo que el sueño adquiere aún más relevancia, ya que cuando existen alteraciones al dormir, se puede impactar una serie de órganos, desde el corazón hasta el sistema inmunológico, además de traer consigo problemas psiquiátricos que pueden desencadenar síntomas depresivos como desgano o decaimiento.
Alex Espinoza, neurólogo de Clínica Bicentenario, dice que “lo primero que hay que aclarar, es que este cambio de horario, en términos generales, es totalmente inocuo para la población. No obstante, existen cierto grupo de personas que pueden ser proclives a presentar algún tipo de alteración con estos cambios, como los pacientes con antecedentes de patologías del sueño, cuadros depresivos y algunas patologías médicas”.
ASIMILAR EL CAMBIO
Según el especialista, esta adaptación es variable, siendo un promedio, en el caso de una persona normal, una semana o dos.“El sueño impacta una serie de órganos, por lo que cuando hay alteraciones de sueño, en un mediano a largo plazo, empiezan a generarse repercusiones en la esfera psiquiátrica y cognitiva, donde se pueden evidenciar alteraciones en la memoria, la persona se siente más olvidadiza, hay fallas en la atención y en la concentración. Ocurre, por ejemplo, cuando dormimos poco”, explica.
En el caso de este cambio horario, asegura, esta problemática se presenta raramente, ya que resulta más beneficioso la el organismo, por el hecho de aumentar el sueño en una hora.
RECOMENDACIONES
Adelantar adaptación. Comenzar idealmente una semana antes a funcionar como si estuviese con el horario nuevo. Así, si se cena a las 20 horas, hacerlo a las 19, y si se acuesta a las 10 de la noche, hacerlo a las 9.- Separar cena y ejercicio de la hora de dormir. Última comida debería ser por lo menos 1.30 horas antes de acostarse. Lo mismo con el ejercicio, ya que el cuerpo queda activado por la liberación de adrenalina y catecolamina, lo que dificulta poder dormirse.
- Ojo con las pantallas. Contacto con celulares, tablets y televisores, debe ser 1.30 horas antes de acostarse, ya que la longitud de onda que emiten es similar a la del color azul, asociado a la de la luz día, y esta exposición acorta el tiempo efectivo de sueño; además de retrasar la liberación de melatonina, importante hormona reparadora del sueño y tejidos.
- Favorecer ambiente. Se recomiendan condiciones adecuadas de sueño, habitación oscura y ojalá sin ruido.
- Evitar cafeínicos. evitar la exposición al café y a los cafeínicos en general. Así como también en general, evitar en las noches las bebidas azucaradas, chocolates y dulces.