Una mujer de cada dos y un hombre de cada tres podría desarrollar una enfermedad neurológica como un accidente cerebrovascular (ACV), una demencia o Parkinson durante su vida, según un estudio holandés publicado en el Journal of Neurology Neurosurgery and Psychiatry.
El estudio se basa en la observación de 12.102 personas de más de 45 años, de 1996 hasta su muerte o hasta el 1 de enero de 2016.
De los 5.291 que murieron en esos 26 años, 1.489 tuvieron una demencia, la mayoría, Alzheimer (80%), 1.285 un ACV y 263, la enfermedad de Parkinson.
El riesgo aumenta con la edad, pero difiere sensiblemente según el sexo: una mujer de cada dos (48%) de 45 años podría, según este estudio epidemológico, desarrollar una de las tres enfermedades durante su vida, mientras que en el caso de los varones esto afectaría a uno de cada tres únicamente (36%).
Las mujeres tienen más riesgo de desarrollar una demencia que los hombres, mientras que los hombres son más proclives a tener un ACV a una edad más temprana que las mujeres.
Una mujer tiene el doble de probabilidades que un hombre de desarrollar a la vez una demencia y un ACV.
El estudio tiene sus límites, señalan los autores, especialmente porque fue realizado con una población europea de alta esperanza de vida: 83,5 años para las mujeres en Holanda y 81,7 hombres en el caso de los hombres en el mismo país.
Los investigadores subrayan que el riesgo de morir de una de esas enfermedades neurológicas sigue estando poco analizado, en comparación con el riesgo que plantea el cáncer de mama (una mujer de cada 8) o una enfermedad cardiovascular (una persona de cada 4), lo que obstaculiza las estrategias de prevención.
Sin embargo, las tres enfermedades comparten los mismos factores de riesgo y cada vez repercuten más en el gasto público, a causa del envejecimiento de la población, recalcan.
Las personas diagnosticadas con una de las tres enfermedades en el marco del estudio entre 1990 y 2016 presentaban más hipertensión, alteraciones del ritmo cardiaco (fibrilación auricular), colesterol y diabetes tipo 2 (la más corriente), constata el estudio.
La prevención, que permitiría retrasar unos años la aparición de enfermedades neurológicas, podría reducir el riesgo entre un 20 y un 50%, según los investigadores.
El estudio se basa en la observación de 12.102 personas de más de 45 años, de 1996 hasta su muerte o hasta el 1 de enero de 2016.
De los 5.291 que murieron en esos 26 años, 1.489 tuvieron una demencia, la mayoría, Alzheimer (80%), 1.285 un ACV y 263, la enfermedad de Parkinson.
El riesgo aumenta con la edad, pero difiere sensiblemente según el sexo: una mujer de cada dos (48%) de 45 años podría, según este estudio epidemológico, desarrollar una de las tres enfermedades durante su vida, mientras que en el caso de los varones esto afectaría a uno de cada tres únicamente (36%).
Las mujeres tienen más riesgo de desarrollar una demencia que los hombres, mientras que los hombres son más proclives a tener un ACV a una edad más temprana que las mujeres.
Una mujer tiene el doble de probabilidades que un hombre de desarrollar a la vez una demencia y un ACV.
El estudio tiene sus límites, señalan los autores, especialmente porque fue realizado con una población europea de alta esperanza de vida: 83,5 años para las mujeres en Holanda y 81,7 hombres en el caso de los hombres en el mismo país.
Los investigadores subrayan que el riesgo de morir de una de esas enfermedades neurológicas sigue estando poco analizado, en comparación con el riesgo que plantea el cáncer de mama (una mujer de cada 8) o una enfermedad cardiovascular (una persona de cada 4), lo que obstaculiza las estrategias de prevención.
Sin embargo, las tres enfermedades comparten los mismos factores de riesgo y cada vez repercuten más en el gasto público, a causa del envejecimiento de la población, recalcan.
Las personas diagnosticadas con una de las tres enfermedades en el marco del estudio entre 1990 y 2016 presentaban más hipertensión, alteraciones del ritmo cardiaco (fibrilación auricular), colesterol y diabetes tipo 2 (la más corriente), constata el estudio.
La prevención, que permitiría retrasar unos años la aparición de enfermedades neurológicas, podría reducir el riesgo entre un 20 y un 50%, según los investigadores.