Por medio de una transmisión televisada argumentó su decisión en que “los hermanos bolivianos no sigan siendo hostigados”, al tiempo que lamentó el “golpe cívico” a su pueblo, y culpó a la oposición de presionar su salida.
“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, aseveró el presidente Evo Morales al anunciar este domingo su dimisión.
Por medio de una transmisión televisada argumentó su decisión en que “los hermanos bolivianos no sigan siendo hostigados”, al tiempo que lamentó el “golpe cívico” a su pueblo, y culpó a la oposición de presionar su salida.
Desde la localidad cocalera de Chaparé, hasta donde llegó el jefe de Estado acompañado de su vicepresidente, Álvaro García Linera, dimitió señalando que con su decisión quiere evitar más “acciones conspirativas contra la democracia” como las que –asegura-han realizado sus oponentes políticos para cesarlo en el poder.
Los acusó de hacerle daño a las familias bolivianas incendiando casas, mediante protestas, llamados a renunciar y hechos vandálicos como el incendio de sedes de entidades públicas, sobre todo, manteniendo a la policía replegada en los cuarteles.
Inmediatamente después del anuncio, las calles de La Paz se convirtieron en un carnaval, con el estallido de petardos y miles de manifestantes enarbolando banderas tricolores bolivianas.
Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, había ganado la reelección en las cuestionadas elecciones de octubre, pero la misión de auditoría de la OEA detectó numerosas irregularidades, en un informe divulgado este domingo.
En las horas siguientes, perdió el apoyo de las Fuerzas Armadas y de la Policía, mientras miles de personas exigían su renuncia en las calles.
“El golpe de Estado se ha consumado”, dijo García Linera, sentado al lado de Morales, quien también anunció su dimisión.