Se trata de una acción penal presentada por el sacerdote el pasado 4 de septiembre, en el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, en contra de Javier Molina Huerta.
El sacerdote Raúl Hasbún se querelló por injurias graves en contra de Javier Molina Huerta (30), presunta víctima de abuso sexual por parte del religioso Jorge Laplagne, que también acusa a Hasbún por ocultamiento. Según informa este jueves La Tercera, se trata de una querella presentada por el presbítero el pasado 4 de septiembre, en el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago. En el documento, Hasbún menciona que en 2010 “se me encomendó iniciar la investigación previa dispuesta por el Código de Derecho Canónico, respecto de una denuncia de abuso interpuesta por el querellado, el 19 de marzo de 2010, en contra del presbítero Jorge Laplagne”. Detalla que para realizar esta indagatoria citó a declarar el 21 de mayo de 2010 a Molina y luego hizo lo mismo con “todas las personas que accedieron a hacerlo, respetando la confidencialidad pedida”. Asegura que “transcurridos cinco años sin que el entonces denunciante manifestara interés alguno en conocer los resultados de la investigación o aportara nuevas evidencias, por instrucción de mis superiores elaboré un informe final”. Según su querella, 10 años después un medio de comunicación escrito publicó en su página web una querella presentada por Javier Molina ante el Juzgado de Garantía de Rancagua. El titular, de acuerdo al escrito, decía: “Víctima de sacerdote Laplagne relata abusos: ‘Hasbún me preguntó si sentí placer durante el abuso’”. Asimismo, la nota indicaba que, según Molina, “durante la declaración me llamó la atención algunas de las preguntas del padre Hasbún: si buscaba compensación económica” y si “sentí placer” en circunstancias de índole sexual. El mismo escrito, indicó Hasbún, dijo que “al finalizar mi declaración me hicieron firmar un documento en el que renunciaba a hacer cualquier presentación ante tribunales”. Al respecto, Hasbún indicó que lo señalado por Molina “resulta, a lo menos, indecoroso para una persona de mi posición (…) me sentí denostado, deshonrado y desacreditado”. El clérigo también sostuvo que Molina dio otra entrevista a un medio de comunicación, en la cual repite algunas frases incluidas en su querella. Entre ellas, que “en todo momento Hasbún me dijo que los delitos estaban prescritos”. Sobre esto, Hasbún enfatiza que las frases entregadas por Molina “son absolutamente falsas y jamás expresadas por mi parte. Jamás podría utilizar un vocablo tan grosero (…) ni tan vil, no reñido con la verdad”. Apunta que en esa diligencia él era un promotor de la justicia, por lo que el delito no podía estar prescrito. Insistió que esa vez le recordó su derecho y lo alentó a llevar su caso a la justicia civil. En este contexto, el 11 de octubre se realizó una audiencia de procedimiento de acción privada, en donde se acogió la solicitud del querellante de notificar a Molina por medio de un receptor. Hasbún, a través de su abogado, pidió una pena de tres años de reclusión y una multa de 20 UTM.