El agente chileno ante La Haya justificó sus dichos sobre el ex presidenciable de la UDI, complicado en los casos SQM y Corpesca. Dijo que el clima político actual es “el más nocivo” desde el tiempo de la UP.
A través de una columna publicada en El Mercurio, el agente chileno ante La Haya, José Miguel Insulza, respondió a sus detractores por el gesto realizado hacia el ex senador UDI y ex presidenciable de la Alianza, Pablo Longueira.
El ex secretario general de la OEA, y ex ministro de los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos fue cuestionado por columnistas como el ex rector de la UDP Carlos Peña y por dirigentes de la Nueva Mayoría por su apoyo a un dirigente político complicado en los casos SQM y Corpesca, justo en momentos en que la transparencia en la política está en tela de juicio.
“La justicia y al democracia se fortalecen con prudencia y respeto” se titula el artículo donde el “panzer” fustiga a ciertos “‘defensores’ de la libertad de expresión” (las comillas son de Insulza) que a su juicio “se sienten en el deber de condenar (no solo criticar) expresiones que no coinciden con las suyas, y lo hacen de manera superficial, solo leyendo los titulares”.
“Sumisión” y “lealtad canina”
Entre esos críticos, identifica al rector de la UDP, columnista permanente del diario de Agustín Edwards. “Nunca dije, como apuntó el rector Carlos Peña, que no había que juzgar a alguien (…) Nunca dije, tampoco, que no debe existir comentarios sobre su conducta en el terreno político”.
En especial, a Insulza le molestaron las frases de Peña sobre Longueira donde habla de “sumisión” y “lealtad canina” del ex presidenciable UDI hacia SQM. “Calificativos como sumisión y lealtad canina para evaluar una conducta política no me aparecen correctos ni dignos de la pluma que lo escribe. Esa inflamación retórica luego conduce a las turbas que insulta a los imputados o a los presuntos inocentes a la entrada de los tribunales”, escribe el ex ministro.
COMO EN LA UP
De acuerdo a Insulza, el ambiente que se ha creado en los últimos doce meses en este país es “el más nocivo que recuerdo en mi vida política con la obvia salvedad del período anterior al golpe militar de 1973″, vale decir el período de la Unidad Popular bajo el Gobierno de Salvador Allende.
En esta línea, insistió en que hay personajes políticos que han sido objeto de “linchamiento político”, y recordó casos como el escándalo de drogas en el Congreso o los casos Coimas y MOP Gate, donde algunos implicados recibieron una condena pública antes del pronunciamiento de la justicia.
“Yo no pido silencio, pido respeto. Que se juzgue y se condene, por la justicia y/o por la política; pero que se respete, en ambos casos, la presunción de inocencia, la dignidad de las personas y su derecho a defenderse ante los Tribunales y ante sus pares”, señala.
Y remata, enfatizando que “con todas sus limitaciones, la política chilena no es corrupta y los que se dedican a ella entraron a esta profesión para servir y no para servirse”.
SECCIÓN: País
AUTOR: Samuel Romo
FUENTE: La Nación