Más de un centenar de estudiantes que entró a la Universidad de Santiago de Chile vía PACE, Cupo Ránking 850 y Propedéutico son nivelados en estos días en matemática, lectura y escritura y gestión personal. El reforzamiento es entre las 8:30 y 16 horas y se prolongará hasta el 21 de enero. Algunos confiesan que nunca antes habían visto algunas materias y destacan lo didácticos que son los docentes.
Este martes, mientras los estudiantes se matriculaban en la Universidad de Santiago de Chile (Usach), en Estación Central, otro grupo de jóvenes que ingresó a la casa de estudio, no por la vía PSU, también formalizaba su proceso de matrícula y aprovechaba de recorrer el campus.
Se trataba de un centenar de alumnos, entre 18 y 70 años, que accedió al plantel a través de las modalidades del Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE), Cupo Ránking 850 y Propedéutico. En su ingreso pesaron sus notas, su desempeño académico y el pertenecer a colegios vulnerables.
Ellos forman parte del Internado de Verano que organiza por tercer año consecutivo el Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia (PAIEP), dependiente de la Vicerrectoría Académica de la Usach, con el objetivo de nivelarlos para que no resientan el impacto de quedarse atrás cuando ingresen a la educación superior.
Los que ingresaron mediante el PACE se matricularon directamente en las carreras de sus intereses y el resto en el Bachillerato de Ciencias y Humanidades que dura dos años.
Para esta nivelación temprana, que se realiza entre el 4 y el 21 de enero, entre 8:30 y 16 horas, quedaron seleccionados 293 estudiantes, de los cuales 203 corresponden al PACE; 40 al Cupo Ránking 850 y los últimos 50 son parte del Propedéutico “Nueva Esperanza, Mejor Futuro”, que provienen de colegios vulnerables de las regiones Metropolitana y de O’Higgins.
Como parte de la Cátedra Unesco de Inclusión a la educación superior este año se invitó al internado a los jóvenes que ingresarán en modalidades similares a las universidades Alberto Hurtado y Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez.
ENFERMERÍA ES LA META
Nathalia Bustos (18) terminó la enseñanza media en el Centro Técnico Profesional de Maipú con un 5,8 e ingresó a la Usach a través del programa PACE.
Se enteró que existía esta iniciativa en junio de 2015, lo que implicaba asistir a clases a la universidad todos los sábados. “No tenía mucha claridad en qué consistía, pero pensé que podía ser una buena oportunidad. Me entusiasmé cuando me dijeron que podía tener un cupo para estudiar gratis”, remarca.
Ponderó 450 puntos en la PSU y se matriculó en bachillerato. Cuando termine pretende estudiar enfermería. “Si no me resulta me matricularé en obstetricia”, añade la joven que vive con su abuela en Maipú.
Piensa que los puntajes de la PSU bajaron en 2015, porque “no es mucha la gente que se entusiasma en estudiar y en los colegios más vulnerables los profesores no son muy buenos”.
“NO ME PASARON SUMATORIA”
Ignacio Contreras (18) egresó con un 6,2 de cuarto medio en el Liceo El Llano de Maipú. Ponderó 554 puntos en la PSU y accedió a la Usach vía Propedéutico.
Se matriculó en bachillerato y tras completar los dos años pretende ingresar a ingeniería civil industrial. Vive con sus padres y dos hermanos.
Le ha gustado el Internado de Verano –admite- y siente que ha aprendido “bastante. Hay materias que nunca antes me habían pasado como es el caso de sumatoria”, señala.
Es categórico en señalar que el nivel de la enseñanza que imparte el plantel desde donde terminó la educación media “es bajo. Faltan profesores a veces, tenemos vacíos”.
SE MATRICULÓ EN INGENIERÍA
Dilam Cartagena (18) terminó la enseñanza media en el Liceo A 119, de Talagante, con un promedio 6,5. En la PSU logró “un poco más de 500 puntos”.
Ingresó a la Usach vía PACE y se matrículó en ingeniería civil industrial.
En esta semana que lleva de reforzamiento –relata- le han pasado materias que no había visto en educación media. “Los profesores son bien didácticos y no explican de manera complicada; son bastante buenos”.
La baja experimentada en los puntajes de la PSU la atribuye más que a los colegios “a la responsabilidad de cada alumno”, porque estudiar “debe ser un desafío personal”. El joven vive con su madre y sus dos hermanas menores.
“ME HA SERVIDO EL REFORZAMIENTO”
Cindy López (20) vive en Cerrillos con su madre, dos hermanos y su hijito de 4 años. Entró a la Usach a través del Propedéutico.
Egresó del Liceo Municipal de Maipú con un 6 y en la PSU obtuvo un puntaje ponderado de más de 400 puntos.
Ahora se matriculó en bachillerato y luego de dos años estudiará terapia ocupacional.
Cuenta que en el colegio la llamaron para que ingresara al Propedéutico “porque era una de las mejores notas del curso. Me ha servido harto este reforzamiento, porque nunca fui muy buena para las matemáticas”.
ESFORZADA GARZONA QUIERE ESTUDIAR INGENIERÍA EN MINAS
Luz Valladares (40) es separada y tiene dos hijas que estudian obstetricia y nutrición en la Universidad Autónoma.
Para ayudar en la casa trabaja de garzona los fines de semana en un restaurante, y además debe hacerse tiempo para cuidar a dos nietos de un año y un año dos meses.
Cuenta que el año pasado decidió terminar su educación media y se matriculó en el liceo vespertino Alba de Oro, en Melipilla.
“Hacía 20 años que no tomaba un cuaderno o un libro. Estaba muerta de miedo y me fue mejor de lo que esperaba, porque egresé con un 6,7. Di la PSU y me fue mal: ponderé 475 puntos. No esperaba más tampoco, porque no se pasan todos los contenidos en la enseñanza nocturna”, detalla.
Como tenía buenas notas ingresó al Propedéutico y ya se matriculó en el bachillerato en la Usach.
“Ahora me invade el mismo miedo de cuando empecé, pero los profesores en el Internado de Verano nos ayudan harto, tienen muy buena disposición; entienden que uno no tiene la misma capacidad de un joven”, manifiesta.
Y añade que le gustaría “estudiar ingeniería en minas. Es un desafío grande, porque tiene mucha matemática y no soy tan buena para los números, pero con esfuerzo todo se puede”.
TUTORÍAS, TALLERES O ASESORÍAS
Mirza Villarroel, encargada del Internado de Verano, explica a La Nación que a partir de este año la nivelación es impartida de manera modular. Esto permite evaluar a través de un test de diagnóstico, controles intermedios y una prueba de salida.
En la nivelación se inscribieron alrededor de 120 estudiantes, porque –señala- la mayoría de los alumnos que ingresan vía PACE y Propedéutico proceden de colegios técnicos y durante el verano realizan su práctica profesional.
Para realizar el reforzamiento se habilitaron seis salas. En cada una de ellas hay un profesor el que trabaja con tres ayudantes.
Una vez que culminan esta nivelación temprana la idea es que se integren en cualquier tipo de acompañamiento del PAIEP a través de tutorías pares, talleres o asesorías.
SECCIÓN: Reportajes
AUTOR: P.Sch.
FUENTE: Patricia Schüller G.