Por lo mismo, los antecedentes fueron enviados a la Congregación para la Doctrina de la Fe de El Vaticano, organismo que tiene competencia para investigar las denuncias más graves que afectan a sacerdotes de la iglesia católica.
En tanto el proceso canónico no haya concluido, el sacerdote Díaz permanecerá con las medidas cautelares que le fueron aplicadas en junio pasado, es decir, suspensión de los oficios eclesiásticos y del ejercicio público del ministerio.
“El Vicariato Apostólico de Aysén siente un gran pesar por este hecho y seguirá comprometido con la búsqueda de la verdad, la acogida a los afectados y el compromiso con la vida y defensa de la dignidad humana”, señaló en una declaración.