El número total de fallecimientos en Italia suma 9.134, con un aumento de 969 con respecto al jueves, incluido 50 que no habían sido contabilizados la víspera por un retardo en la entrega de datos.
Cinco semanas después de que el virus se detectara en Italia, los casos registrados en la península suman 86.500, más que en Estados Unidos o China, el país donde el virus arrancó en diciembre.
Las cifras de la Protección Civil indican que los contagios en cambio se están desacelerando, con un aumento del 7,4%, el más bajo desde que se desató la pandemia.
La región más afectada sigue siendo la norteña Lombardía, con más de la mitad de los decesos registrados en el país, 5.402 muertes sobre 37.298 casos de contagio.
Le sigue Emilia-Romaña con 1.267 muertes sobre 11.588 contagios.
“Esta es una pandemia sin precedentes que afecta también a los países más poderosos del mundo, los cuales están adoptando gradualmente las mismas medidas que Italia implementa desde hace un tiempo”, reconoció Domenico Arcuri, comisario designado por el gobierno para hacer frente al coronavirus.
Paralelamente, el Instituto Superior de Salud (ISS) había advertido este viernes que el peack de la epidemia aún no se había alcanzado en la península y que podría ocurrir en los próximos días.
“Quiero ser claro. No hemos alcanzado el pico, no lo hemos superado. Hay señales de desaceleración del número de casos, por lo que creemos que estamos cerca, podría llegar en los próximos días”, explicó Silvio Brusaferro en una rueda de prensa por internet.
El experto reconoció que “las medidas adoptadas”, como el confinamiento de los italianos y el cese de actividades en sectores no esenciales, “han tenido su efecto”.
Sin embargo, subrayó que el “aumento” del número de casos nuevos “se ha desacelerado, pero no ha disminuido”.