Un escenario distinto al del Centro de Justicia, tendrá el juicio oral que enfrenta el exsenador de la UDI, Jaime Orpis, luego que su amigo y ministro del ramo, Hernán Larraín, pidiera realizar la diligencia en las dependencias de la cartera, tras ser requerido como testigo en el caso Corpesca.
La petición efectuada por oficio el pasado 8 de marzo, se funda en la prerrogativa que tienen las autoridades para fijar el lugar donde atestiguar y, según indica la normativa, jueces, fiscales, acusados y querellantes deberán trasladarse hasta el ministerio para escuchar lo que tiene que decir Larraín.
Todo este escenario está precedido por las expresiones del titular de Justicia, quien no dejó indiferente a nadie el martes cuando señaló que confiaba en la “conducta” del exparlamentario acusado de delitos tributarios y fraude al fisco y que “le creía” cuando sostenía que no cometió cohecho.
Cuando se supo que concurría en calidad de testigo citado por la fiscalía, Larraín explicó que no declararía como ministro, ya que fue citado como exsenador.
Según informa La Tercera, el apoyo explícito de Larraín a Orpis generó -dicen fuentes de Palacio- incomodidad y molestia en La Moneda, ya que por un lado había estropeado el diseño comunicacional que había para potenciar el programa de reinserción de reclusos.
En segundo término, porque se consideró un error que dijera que “confiaba” en la acción del legislador imputado, cuando para el Ejecutivo bastaba que se remitiera a que fue citado, tenía la obligación legal de atestiguar.
