Un ejercicio escénico que se adentra en el universo de quienes no pueden oír, su relación con el lenguaje hablado y la importante necesidad de ser reconocidos, es el que podrá apreciar el público desde el próximo 21 de diciembre en “La omisión y el silencio”.
Se trata del resultado del proyecto Teatro en Silencio, taller de teatro para sordos dirigido por Loreto Cruzat y que se materializa en las vivencias de un grupo de actores sin audición, su relación con el lenguaje hablado y su importante necesidad de ser reconocidos como comunidad.
“Como actriz y directora vi en la lengua de señas un gran potencial creativo, las personas sordas son muy expresivas pues su leguaje así lo exige. Este fue el puntapié inicial que dio marcha al proyecto. Tras hablar con algunos sordos, pude notar el interés de muchos en poder participar, pasiva o activamente, del arte teatral, pero no pueden hacerlo al no tener acceso por la traba comunicacional”, explica Cruzat.
El montaje de la compañía Teatro Serendipia fue construido desde el universo de sus protagonistas, tomando como eje central la incomunicación y la necesidad de defender su propio lenguaje.
“El desconocimiento que tenemos sobre la comunidad sorda nos hace pensar, que basta con unos subtítulos para integrarlos, pero eso está muy lejano de la realidad. Es por eso que el proyecto busca educar a sordos en el oficio del actor para que sean ellos mismos quienes pongan sus intereses en el escenario y los expongan al público”, completa.
El colectivo se destaca por la búsqueda del rol del teatro como herramienta de denuncia, ante situaciones que se dan en nuestra sociedad que son injustas, desiguales o derechamente invisibles.
Sin embargo, lo realizan sin dejar de lado la posibilidad de ver teatro en familia y como una forma de entretención. Además, a partir del próximo año, (se proponen incluir subtítulos en gramática sorda en todos sus nuevos montajes, de manera de fomentar la inclusión desde todas sus creaciones teatrales.
