Los 27 mandatarios europeos lograron a primera hora del martes un histórico acuerdo para superar los estragos del coronavirus con un inédito fondo de 750.000 millones de euros (840.000 millones de dólares), basado en una mutualización de deuda.
“¡Acuerdo!”, tuiteó el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, más de 90 horas después del inicio de la cumbre en Bruselas el viernes, que la convierte en una de las más largas de la historia europea junto a la reunión de Niza en diciembre de 2000.
El amanecer de la Fiesta Nacional de Bélgica vino acompañado de un pacto que ayudará a los europeos, especialmente a Italia y a España, a enfrentar la profunda recesión estimada para 2020 por la pandemia, que dejó más de 205.000 muertos en Europa.
Pese a cinco días y cuatro noches de arduas discusiones, con reproches incluidos, uno a uno los líderes europeos celebraron un “gran acuerdo” que, en palabras del francés Emmanuel Macron, representa un “cambio histórico” para Europa y la zona euro.
Los dirigentes acordaron movilizar 750.000 millones de euros, que la Comisión Europea tomará prestado en los mercados financieros en nombre de la UE y que se distribuirán en forma de subvenciones (390.000 millones) y préstamos (360.000 millones).
Michel, respaldado por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés logró mantener el volumen del fondo, aunque con concesiones a los “frugales” -Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria-, que pedían una cuantía menor.
La primera concesión fue reducir el volumen de subvenciones, que se devolverán entre los 27 y no únicamente por el país beneficiado, del medio billón de euros a 390.000 millones y, además, se reforzó la vigilancia sobre el uso de estos fondos.
Si un país tiene dudas sobre el uso que hace un socio de los fondos en virtud de los planes nacionales de recuperación, que deberán presentar antes del desembolso, podrá pedir que los 27 miembros de la UE aborden la cuestión a nivel político.
Pero “la Comisión seguirá siendo la que tenga la capacidad de ejecución del fondo”, precisó el español Pedro Sánchez, para quien ese “auténtico Plan Marshall” trae 140.000 millones de euros para su país, 72.700 millones en forma de transferencias.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, en cuyo país la ultraderecha gana terreno de cara a las legislativas de 2021, pedía la unanimidad de los 27 para el desembolso, una manera de presionar para que los países del sur hicieran reformas.
España e Italia, los países más castigados humana y económicamente por el coronavirus y con un elevado nivel de deuda, se oponían a esta exigencia, que traía de vuelta el fantasma de la ‘troika’ y de las duras reformas de la pasada crisis de la deuda.
Sobre las condiciones, Polonia y Hungría clamaron “victoria” al asegurar que lograron desvincular el desembolso de fondos a la situación del Estado de derecho. El plan prevé un mecanismo menos estricto que el propuesto por la Comisión Europea.
1,074 BILLONES
A cambio de su necesaria luz verde, Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria también logran mejorar sus “cheques”, las rebajas en sus contribuciones al presupuesto de la UE para el período 2021-2027. La Haya ahorrará así casi 2.000 millones de euros anuales.
“Pese a los difíciles puntos de partida, los intereses y prioridades suecos han tenido un gran impacto. La contribución sueca se redujo”, celebró el primer ministro sueco, Stefan Löfven, cuyo país se ahorrará unos mil millones de euros anuales.
Tras su fracaso en febrero, los 27 acordaron también su futuro Marco Financiero Plurianual (MFP), su presupuesto común para los próximos siete años y el primero sin el Reino Unido, que se elevará a 1,074 billones de euros (1,229 billones de dólares).
Además de las tradicionales políticas agrícola y de cohesión, el MFP debe cubrir las nuevas prioridades como el Pacto Verde, visto como una estrategia de crecimiento, pero instrumentos clave como el Fondo de Transición Justa perdieron recursos.
El tiempo apremiaba para un pacto. A causa de la pandemia, la economía mundial podría contraerse un 4,9% en 2020, una caída que aumenta al 10,2% en la zona euro y al 9,4% en América Latina y el Caribe, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La UE, que superó en el último decenio una crisis económica que opuso a los países del norte y del sur y otra migratoria que dividió al este y al oeste, podrá centrarse ahora en su porvenir, que pasa primero por cerrar su futura relación con el Reino Unido.
Sin embargo, el MFP, del que depende el plan de recuperación, debe obtener primero el visto bueno de la Eurocámara a finales de año. Su presidente alertó de un rechazo si no se lograba un acuerdo “ambicioso”. El primer debate está previsto el jueves.