Este proyecto, que exigiría un nivel de cooperación y de confianza mutuos sin precedentes entre los dos países, figura en una declaración común publicada al término de la cumbre intercoreana de Pyongyang entre los dirigentes norcoreano Kim Jong-un y surcoreano Moon Jae-in. “El Sur y el Norte han convenido participar conjunta y activamente en las competiciones internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de 2020 y cooperar con vistas a una candidatura común para albergar juntos los Juegos de 2032”, señala el texto, sin aportar ninguna otra precisión.
La decisión del Norte de participar en los Juegos de invierno organizados en febrero en Pyeongchang, en Corea del Sur, fueron un remarcable cambio de rumbo en la península dividida.
El año precedente, las tensiones habían alcanzado cotas altas cuando Corea del Norte multiplicaba los lanzamientos de misiles y realizaba su sexto ensayo nuclear. Kim Jong-un y el presidente estadounidense Donald Trump intercambiaron entonces insultos personales y amenazas apocalípticas.
Los Juegos de invierno fueron la ocasión para los atletas de las dos Coreas para desfilar juntos durante la ceremonia de apertura, detrás de una bandera de la unificación mostrando una península unida y sin fronteras.
Norte y Sur también formaron su primer equipo olímpico unificado, en hockey sobre hielo femenino. En el Sur, esta iniciativa había sido criticada, con la oposición reprochando a su gobierno que privara a sus deportistas de la oportunidad de luchar por un mejor puesto en el torneo.
Kim Jong-un envió a su hermana pequeña Kim Yo-jong a Pyeongchang como emisaria personal. Desde entonces, los dirigentes de las dos Coreas se han reunido en tres ocasiones.