El zorrito padecía de sarna sarcóptica, por lo que estaba al borde de la muerte, además de haber sido atacado por una jauría de perros.
El Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre del Museo de San Antonio realizó una exitosa liberación de varios ejemplares que llegaron en malas condiciones y ahora son devueltos a su hábitat ya recuperados.
Entre los ejemplares se encontraba un zorro chilla (Lycalopex griseus) que fue encontrado moribundo, flaco, hambriento, herido y casi ciego cerca de la navidad recién pasada en los alrededores de la laguna El Peral.
El zorrito fue hallado por unos recolectores de basura, quienes lo llevaron a un médico veterinario, el que lo trasladó hasta el Centro de Rescate. En el lugar fue tratado por una sarna sarcóptica que lo afectaba y que lo tenía al borde de la muerte, además de haber sido atacada por una jauría de perros.
Este zorro adulto fue tratado con baños de diazinón y jabón azufrado, ivermectina, antibiótico, antiflamatorios y vitaminas entre otros, lo que permitió salvarle la vida y recuperarlo de manera exitosa.
En la oportunidad, también fueron liberadas varias aves rapaces, entre ellas una lechuza (Tyto alba) que fue encontrada en San Fernando y criada durante casi un año.
También se liberó un chuncho (Glacidium nanum) que es el más pequeño de los búhos chilenos y un tiuque (Milvago chimango) que debió espera más de un año para su liberación, pues lo habían mantenido en cautiverio y le habían cortado las plumas de sus alas.
Por otro lado, fueron liberados en la desembocadura del Río Maipo cuatro gaviotas dominicanas (Larus dominicanus) que fueron criadas desde pollitos y una gaviota cahuil (Larus maculipennis) que fue rescatada por personal del Museo al ser encontrada en la playa de Llolleo, después de ser atacada por perros.
Finalmente en el humedal Laguna Llolleo, fue liberado un cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba), especie en peligro de extinción y cuyo ejemplar había quedado atrapado en una red de pesca ilegal en el humedal El Yali.
SECCIÓN: País
AUTOR: Bruno Delgado
FUENTE: La Nación