El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, declaró este martes que Rusia será el próximo país en caer si su régimen se desmorona a causa de la presión popular.
“¿Saben a la conclusión que hemos llegado con el liderazgo ruso? Si Bielorrusia cae, Rusia será la siguiente”, declaró Lukashenko en una entrevista con varios medios rusos, citada por la agencia de noticias RIA Novosti.
“No se distiendan”, añadió, considerando además que “si Lukashenko cae, lo hará todo el sistema, seguido por toda Bielorrusia”.
Tras haber acusado a Rusia durante la campaña electoral del verano (boreal) de intentar derrocarlo a causa de su negativa a someterse a los deseos de Moscú, Lukashenko dio un giro de 180 grados, pidiendo todo el apoyo ruso ante la movilización de multitudes sin precedentes desde que llegara al poder, en 1994.
Se ha contactado en varias oportunidades con el presidente ruso, Vladimir Putin, para tratar este tema, y éste le prometió enviar tropas si la protesta degenera en violencia.
Se espera una cumbre entre ambos en los próximos días o semanas. Rusia, escaldada por las revoluciones de 2000 y 2010 en varios países de la ex URSS (Georgia, Ucrania, Kirguistán), su tradicional zona de influencia, se opone toda forma de protesta contra la legitimidad electoral de los regímenes establecidos, a menudo autoritarios.
Respecto a la detención en la frontera, en la noche entre lunes y martes, de la destacada opositora bielorrusa María Kolésnikova, Lukashenko dijo que había sido arrojada desde un auto “en movimiento” a las manos de los guardias de fronteras bielorrusos cuando huían hacia la vecina Ucrania.
“Aceleraron el coche y la arrojaron estando en marcha. En marcha”, insistió, diciendo que ahora negocia con Ucrania la entrega de los otros dos opositores que estaban en el vehículo y cruzaron la frontera.
Kiev negó este martes de mañana esta versión de los hechos de las autoridades bielorrusas, explicando que Kolésnikova se había resistido a su expulsión forzosa de Bielorrusia y que, al no poder ser expulsada del país, había sido arrestada.
De acuerdo con la agencia Interfax-Ucrania, rompió su pasaporte para no poder pasar la frontera. Sus dos compañeros que estaban en el coche, Anton Rodnenkov e Ivan Kravsov, harán declaraciones a la prensa en Kiev este martes de noche.