Una veintena de mujeres, de Santiago, Talca y Valdivia, llegó este martes hasta el Ministerio de Salud para pedir ayuda en el financiamiento de la cirugía que resuelve la grasa sobresaliente del vientre, deformación que se produce tras los partos. Según un catastro realizado, hay en el país cerca de 256 mil afectadas, de más de 30 años. “Cuando uno padece este problema arrastra con una pena silenciosa. No nos atrevemos a mirarnos al espejo y sufrimos ansiedad y depresión”, cuenta Ana María Jaramillo (45).
Ana María Jaramillo (45) es separada y madre de cinco hijos. A partir de su primer parto la piel de su vientre no volvió a ser la misma, se tornó prominente, lo que afectó negativamente su autoestima. Este martes llegó a protestar, junto a una veintena de mujeres – de Santiago, Talca y Valdivia- que sufren el mismo problema, hasta el frontis del Minsal para pedir que la patología sea incorporada al Auge.
Un delantal estómago se refiere a la grasa del vientre sobresaliente. Esta grasa incluye la visceral, que es el tipo de grasa que no se puede pellizcar y se acumula entre los órganos abdominales.
“Cuando uno padece este problema arrastra con una pena silenciosa. Las mujeres debemos sacar adelante a nuestra familia, por lo tanto, no podemos demostrar tanta debilidad. Es terrible esto. Muchas mujeres no nos atrevemos a mirarnos al espejo y esto implica que sufrimos ansiedad y depresión”, remarca Ana María, quien viajó desde Talca para estar presente en la manifestación.
El denominado vientre delantal afecta la vida sexual y la relación de pareja -afirman las afectadas- porque es tanto el daño que sufren en su autoestima “que debemos apagar la luz o cubrirnos”, por las noches.
SÓLO CON CIRUGÍA
Rubén Urrutia, coordinador del movimiento que lucha por restablecer la dignidad de estas mujeres, dice a La Nación que, de acuerdo al catastro realizado, en el país hay cerca de 256 mil afectadas, de más de 30 años.
“Este martes llegamos al Minsal para pedir que esta deformación sea incorporada al Plan Auge o bien que se implemente un programa de copago. La demanda se argumenta en base a que se trata de una enfermedad por extensión, puesto que no corresponde a una característica natural del cuerpo.
La anomalía sólo se resuelve mediante una cirugía que en el servicio público tiene un costo de dos millones de pesos, añade Urrutia.
“Nuestra demanda se ampara en que este problema es de salud pública y mental. Apelamos al Minsal porque la piedra angular del Estado es la defensa de la dignidad humana”, sostiene.
Respecto al movimiento que encabeza, señala que los integrantes se reclutaron a través de las redes sociales.
“Este es un problema tremendo para las mujeres y que muchas veces pasa inadvertido. Ellas se ven muy dañadas en su autoestima”, hace hincapié.
SECCIÓN: País
AUTOR: P.Sch.
FUENTE: Patricia Schüller G.