Recientemente se dio a conocer que la Editorial Planeta suspendió la circulación del libro Los Ojos de la Verdad, novela de ficción del escritor Eleodoro Sanhueza basada en el caso de Nabila Rifo.
“Hacemos presente que esta obra corresponde a una publicación de ficción, del género policial y que bajo ninguna circunstancia Grupo Planeta lo ha considerado, difundido, ni presentado como un libro testimonial o biográfico”, señalaron desde la editorial al momento de informar sobre la decisión.
El medio El Dínamo conversó con Rifo tras la noticia. “No me esperaba eso, yo pensé que lo iban a seguir vendiendo, me esperaba otra cosa. Me siento muy contenta de que la editorial se pusiera en mi lugar y reaccionara, porque el otro caballero (Eleodoro Sanhueza) no me ha pedido disculpas, nada. Ni siquiera me ha llamado para pedirme disculpas. Pero la editorial me dejó contenta y lo agradezco”, remarcó.
Asimismo, mostró su intención de “hacer algo (participar en la redacción de un libro sobre su caso), pero cuando esté de verdad bien, para que sea algo bonito, de mi niñez. Y también para decir cómo queda una persona después de algo así, cómo pasa el trauma, todo”.
Consultada por El Dínamo sobre el autor de su “libro prohibido”, recordó que “me llamó, se presentó y me dijo que quería juntarse conmigo, porque ya tenía algo escrito, como la mitad. ‘Estoy haciendo un libro sobre ti’, me dijo y yo me enojé. Le dije que no le daba permiso y le pregunté de qué se trataba, pero tampoco me dijo. Yo pensé que era algo lindo, porque igual soy ingenua, no sabía que podía hacerme daño. Como le dije que no, que no hiciera eso, lo bloqueé y pensé que este hombre había dejado hasta ahí el libro, pero no”.
A ello agregó que tras la publicación de la novela “me sentí muy mal. Me leyeron lo que decía: ‘una mujer tirada que le sacaron los ojos’. Me dio un ataque de llanto, ese día estuve todo el día mal por mis ojos. Yo sabía que nunca habían encontrado mi ojo en Coyhaique y de repente le decía a mi mamá, ‘capaz que hasta un perro se lo comió’, pero el compadre puso como que fue algo terrorífico y que habían planificado todo lo que me habían hecho, porque eso sale. Que embalsamaron mi ojo para venderlo, es terrorífico, muy cruel, como una película de terror y yo no quiero eso para mí”.
“Hacemos presente que esta obra corresponde a una publicación de ficción, del género policial y que bajo ninguna circunstancia Grupo Planeta lo ha considerado, difundido, ni presentado como un libro testimonial o biográfico”, señalaron desde la editorial al momento de informar sobre la decisión.
El medio El Dínamo conversó con Rifo tras la noticia. “No me esperaba eso, yo pensé que lo iban a seguir vendiendo, me esperaba otra cosa. Me siento muy contenta de que la editorial se pusiera en mi lugar y reaccionara, porque el otro caballero (Eleodoro Sanhueza) no me ha pedido disculpas, nada. Ni siquiera me ha llamado para pedirme disculpas. Pero la editorial me dejó contenta y lo agradezco”, remarcó.
Asimismo, mostró su intención de “hacer algo (participar en la redacción de un libro sobre su caso), pero cuando esté de verdad bien, para que sea algo bonito, de mi niñez. Y también para decir cómo queda una persona después de algo así, cómo pasa el trauma, todo”.
Consultada por El Dínamo sobre el autor de su “libro prohibido”, recordó que “me llamó, se presentó y me dijo que quería juntarse conmigo, porque ya tenía algo escrito, como la mitad. ‘Estoy haciendo un libro sobre ti’, me dijo y yo me enojé. Le dije que no le daba permiso y le pregunté de qué se trataba, pero tampoco me dijo. Yo pensé que era algo lindo, porque igual soy ingenua, no sabía que podía hacerme daño. Como le dije que no, que no hiciera eso, lo bloqueé y pensé que este hombre había dejado hasta ahí el libro, pero no”.
A ello agregó que tras la publicación de la novela “me sentí muy mal. Me leyeron lo que decía: ‘una mujer tirada que le sacaron los ojos’. Me dio un ataque de llanto, ese día estuve todo el día mal por mis ojos. Yo sabía que nunca habían encontrado mi ojo en Coyhaique y de repente le decía a mi mamá, ‘capaz que hasta un perro se lo comió’, pero el compadre puso como que fue algo terrorífico y que habían planificado todo lo que me habían hecho, porque eso sale. Que embalsamaron mi ojo para venderlo, es terrorífico, muy cruel, como una película de terror y yo no quiero eso para mí”.