El nadador inglés Tom Dean ha deslumbrado a su país por su participación en los Juegos Olímpicos luego de ganar dos medallas de oro en las competencias de los 200 metros libre y la de relevos 4×200, pero también por su particular caso previo a la competencia.
Dean, antes de llegar a los Juegos, no tuvo una preparación óptima ni llegó en las mejores condiciones, ya que contrajo Covid-19, y no solo una vez, sino que dos veces en los meses previos a la competencia.
En entrevista con una agencia, afirmó que “me era difícil subir las escaleras sin toser o jadear”, y que a raíz de la enfermedad perdió por lo menos seis semanas de entrenamiento.
“Sentado en mi apartamento, en aislamiento, una medalla olímpica estaba a millones de kilómetros de distancia”, aseguró el nadador.
Dean se contagió de Covid-19 en septiembre de 2020 y a inicios de 2021, pero el martes ganó la presea dorada en los 200 metros libre y este miércoles la de 4×200 junto a Duncan Scott, James Guy y Matthew Richards.
“A solo dos o tres meses de las pruebas olímpicas yo estaba atrapado sin poder siquiera hacer ejercicio, fue difícil entender eso en un año olímpico”, reflexionó el joven de 21 años.
La madre del nadador, Jacquie Hughes, afirmó sobre la proeza de su hijo: “Para ser honesta, todavía no lo he asimilado todo, todo ha sido tan estresante, la final fue increíble y eso con la falta de sueño ha significado que estoy en un subidón de adrenalina. Sé que Tom siente lo mismo, me dijo que es como un sueño y que no se siente real, como si no hubiera pasado nada”.