La situación llegó hasta la Justicia, que avaló la actitud del religioso, quien pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de Buenos Aires.
Si bien la defensa del acusado buscó anular la causa penal apelando al secreto de confesión, hace unos días la Cámara Nacional en lo Criminal entendió que el obispo rompió su voto en forma justificada por el riesgo potencial para la niña.
El caso se remonta a seis años atrás, cuando el hombre confesó haber abusado sexualmente dos veces de la niña, por lo que el religioso decidió contárselo a la madre, también feligresa de su iglesia.
La mujer denunció el caso y la menor confirmó los abusos. El sujeto huyó a Paraguay donde finalmente fue arrestado y ahora espera su extradición.
Los jueces entendieron que el sacerdote actuó movido “por una causa justa”.