Hongos, virus, enfermedades a la piel o gastrointestinales son algunas de las patologías que se pueden adquirir en estos recintos cuando no están bien controlados. Claudio Muñoz, especialista del Hospital El Carmen de Maipú, da a conocer algunas medidas preventivas.
Las piscinas son una buena alternativa para capear el calor en esta época, pero los especialistas advierten a los bañistas que deben tener cuidado con las infecciones que se pueden adquirir en los recintos que no están controlados adecuadamente.
El doctor Claudio Muñoz, médico de urgencia del Hospital El Carmen de Maipú, entrega las siguientes recomendaciones para no contraer virus, hongos enfermedades a la piel o gastrointestinales que pueden alterar la calidad de vida durante las vacaciones.
► No tragar agua: Basta con tragar un poco de agua para que se adquieran diversos virus, entre los que están los de las hepatitis A o E, bacterias como la “escherichia coli” y determinados parásitos. También está la criptosporidiosis (infección por el parásito ‘cryptosporidium’ o ‘cripto’, como se le cita a menudo), que es resistente al cloro y que, de hecho, puede sobrevivir días en agua clorada.
► Cuidado con el cloro: Este elemento es muy irritante para los ojos. Siempre es recomendable que al zambullirse o nadar bajo el agua se utilicen lentes para agua, ya que el exceso de cloro puede traer consecuencias como conjuntivitis química con enrojecimiento de los ojos, escozor, sensación de arenilla y cuerpo extraño, hipersensibilidad a la luz (fotofobia) y lagrimeo.
Este elemento también es “muy agresivo” para la piel en personas con patologías como eczemas dishidróticos, psoriasis o similares. Por ello, la recomendación es ducharse con agua potable tras el baño y realizar una hidratación con cremas muy grasas, con la piel muy seca, al final del día.
► Gérmenes: Los usuarios de la piscina “aportan” gérmenes que quedan en el agua. Cuanto más elevada sea su temperatura, más fácil lo tienen para reproducirse. Las mujeres deben poner atención especial en este punto, pues los gérmenes entran al organismo a través de la vagina, y así podrían llegar a la uretra y a la vejiga, pudiendo generarse cistitis u otros problemas.
► Ducharse antes de meterse en el agua: Con este sencillo paso se contribuye a eliminar el traslado de gérmenes a la zona de baño, evitando contagiar a otras personas. También es recomendable cambiarse el traje de baño al salir del agua por uno seco, así se evita la humedad, factor que hace propicio la aparición de hongos.
► Secarse bien el cuerpo: Esto es algo en lo que ponen hincapié los especialistas: Es muy importante secarse muy bien todo el cuerpo y no dejar partes húmedas como las corvas, entre los dedos y las axilas.
► Proteger los pies: Las infecciones más frecuentes en época estival que afectan a los pies son las producidas por hongos y virus del papiloma.
► El papiloma plantar se evita caminando con chalas siempre que la persona se encuentre en superficies húmedas compartidas, especialmente en las duchas o vestuarios, donde el agua carece de tratamiento. En el caso de las micosis interdigitales o pies de atleta, el hongo necesita temperaturas altas y humedad para poder producir la lesión. Controlando el exceso de transpiración, usando calzados que permitan llevar los dedos al aire y aún más importante, secándose entre los dedos tras el baño, se redyce mucho su incidencia.
SECCIÓN: Vida y Estilo
AUTOR: Patricia Schüller G.
FUENTE: La Nación