La consigna es clara: como mínimo se debe pasar la fase de grupos. Pero la tarea, hasta el momento, se ve muy dura. Principalmente porque las diferencias deportivas se están agudizando.
En el caso de Colo Colo, el principal problema radica en la ineficacia a la hora de concretar fichajes. De los más de diez nombres que han sonado en Blanco y Negro desde la apertura del mercado de fichajes, únicamente se ha concretado uno: Brayan Cortés, proveniente de Deportes Iquique.
Si bien es cierto, su principal rival en fase de grupos es nada menos que el equipo más importante y ganador de Colombia, Atlético Nacional (que contrató al técnico subcampeón de la Libertadores pasada, Jorge Almirón), los otros dos clubes –Bolívar de La Paz y Delfín de Ecuador- se ven mucho más abordables.
No obstante, la salida de jugadores, la falta de refuerzos y los movimientos que han hecho estos últimos dos clubes (Delfín y Bolívar llevan -cada uno- hasta ahora diez fichajes para la temporada) han hecho que el panorama se complique para el “Cacique”.
El caso de Universidad de Chile se ve mucho más complejo, no sólo por la jerarquía deportiva de sus rivales (Cruzeiro de Brasil, Racing de Argentina y un rival por confirmar- lo más seguro Vasco da Gama, si es que se da la lógica-), sino porque estos se están reforzando con todo.
Cruzeiro viene de ganar la Copa Brasil, y a la base de su plantel le agregó la contratación de Edílson (campeón con Gremio en la Libertadores 2017), Bruno Silva de Botafogo, y el argentino Federico Mancuello. En tanto, Racing de Avellaneda, además de tener a uno de los mejores delanteros jóvenes en Sudamérica, Lautaro Martínez, ha incorporado al volante Neri Cardozo y (como hoy se asegura desde tierras trasandinas) al atacante ex Boca Juniors, Ricardo Centurión.
La respuesta de la directiva laica ha sido positiva por ahora, con el fichaje del volante venezolano Yeferson Soteldo, pero no parece suficiente para fortalecer a un equipo que presentó mucha irregularidad el pasado semestre, sobre todo en fase defensiva.
El panorama es un tanto desalentador. Lo único positivo es que tanto Colo Colo como Universidad de Chile aún tienen tiempo para golpear la mesa y dar ese gran salto que desde 2012 (cuando los azules llegaron a semifinales de la Libertadores, y la UC de la Sudamericana) no se ha visto en nuestro fútbol. Ya es hora de pelear las copas, ¿no?.