“Intentan convertirme en un monstruo”, afirma Roman Polanski, que habla por primera vez desde la acusación de violación de la francesa Valentine Monnier, denunciando una “historia aberrante” y acusando al productor Harvey Weinstein de volver a lanzar los ataques contra él en 2003.
En una entrevista en la revista Paris Match, que se publicará el jueves y en la que aparece en la portada, el realizador, de 86 años, “niega absolutamente”, como ya lo había hecho a través de su abogado hace un mes, las acusaciones de Valentine Monnier.
Esta fotógrafa francesa afirma que fue golpeada y violada por Polanski en 1975, en Suiza, cuando tenía 18 años.
Afirmando que la recuerda “apenas”, el realizador dice “no tener evidentemente ningún recuerdo de lo que ella cuenta, ya que es falso”.
“Lo niego absolutamente”, prosigue. “Su cara en las fotos publicadas me dice algo, nada más. Es fácil acusar cuando todo está prescrito desde hace décadas, y cuando se está seguro de que no puede haber un procedimiento judicial para exonerarme“, estima el cineasta franco-polaco.
“¡Es una locura! ¡Yo no les pego a las mujeres! Sin dudas las acusaciones de violación ya no son suficientemente notorias, había que añadir un nuevo elemento”, se defiende Polanski.
“Toma como testigo a tres de mis amigos presentes en la cabaña: mi asistente Hércules Bellville, Gérard Brach y su esposa Elizabeth. Los dos primeros murieron -muy conveniente pues ya no pueden confirmar ni refutar lo que ella dice. En cuanto a la señora Brach, el periódico no la encontró”, prosigue el cineasta, para quien “esta historia es aberrante”.
Valentine Monnier precisó que no había hecho una denuncia por estos hechos, prescritos. Pero que había decidido presentar públicamente esta acusación debido al estreno de la película “Yo acuso”, que hace referencia a un error judicial, el caso Dreyfus.
Esta acusación se suma a las de otras mujeres en los últimos años contra Roman Polanski, que sigue siendo procesado por la justicia estadounidense por relaciones sexuales ilegales en 1977 con una menor, Samantha Geimer.
Acusa al magnate depuesto del cine de haber “desenterrado” su asunto con Samantha Geimer, que “no ya interesaba a nadie”, durante la campaña para los Óscar de 2003, en la que “El Pianista” era una de las películas favoritas y de hecho obtuvo tres estatuillas.
“Su agregado de prensa fue el primero en llamarme ‘violador de niños'”, añade el cineasta en la entrevista con el semanario, agregando que “desde hace años se intenta hacer (de él) un monstruo”.
“Me acostumbré a la calumnia, mi piel se endureció, como un caparazón. Pero para mis hijos, para Emmanuelle (Seigner, su esposa), es espantoso. Hablo por ellos”, afirma Polanski, que lamenta que su familia “pague el precio”, casi medio siglo después, de la “falta” que cometió en 1977 con Samantha Geimer.
En una entrevista en la revista Paris Match, que se publicará el jueves y en la que aparece en la portada, el realizador, de 86 años, “niega absolutamente”, como ya lo había hecho a través de su abogado hace un mes, las acusaciones de Valentine Monnier.
Esta fotógrafa francesa afirma que fue golpeada y violada por Polanski en 1975, en Suiza, cuando tenía 18 años.
Afirmando que la recuerda “apenas”, el realizador dice “no tener evidentemente ningún recuerdo de lo que ella cuenta, ya que es falso”.
“Lo niego absolutamente”, prosigue. “Su cara en las fotos publicadas me dice algo, nada más. Es fácil acusar cuando todo está prescrito desde hace décadas, y cuando se está seguro de que no puede haber un procedimiento judicial para exonerarme“, estima el cineasta franco-polaco.
Delirante
En un testimonio publicado a principios de noviembre por el diario francés Le Parisien, a pocos días del estreno de la nueva película de Roman Polanski “J’accuse” (Yo acuso), la fotógrafa y exmodelo Valentine Monnier afirma que cuando fue a esquiar a Gstaad (Suiza), junto a otra joven, se alojaron en casa del cineasta y que éste la “golpeó” y luego “la violó haciéndole sufrir todo tipo de vicisitudes” en su cabaña.“¡Es una locura! ¡Yo no les pego a las mujeres! Sin dudas las acusaciones de violación ya no son suficientemente notorias, había que añadir un nuevo elemento”, se defiende Polanski.
“Toma como testigo a tres de mis amigos presentes en la cabaña: mi asistente Hércules Bellville, Gérard Brach y su esposa Elizabeth. Los dos primeros murieron -muy conveniente pues ya no pueden confirmar ni refutar lo que ella dice. En cuanto a la señora Brach, el periódico no la encontró”, prosigue el cineasta, para quien “esta historia es aberrante”.
Valentine Monnier precisó que no había hecho una denuncia por estos hechos, prescritos. Pero que había decidido presentar públicamente esta acusación debido al estreno de la película “Yo acuso”, que hace referencia a un error judicial, el caso Dreyfus.
Esta acusación se suma a las de otras mujeres en los últimos años contra Roman Polanski, que sigue siendo procesado por la justicia estadounidense por relaciones sexuales ilegales en 1977 con una menor, Samantha Geimer.
Acusaciones contra Weinstein
En un giro inesperado, Roman Polanski culpa al productor Harvey Weinstein, denunciado por abuso sexual por más de 80 mujeres y catalizador del movimiento #MeToo.Acusa al magnate depuesto del cine de haber “desenterrado” su asunto con Samantha Geimer, que “no ya interesaba a nadie”, durante la campaña para los Óscar de 2003, en la que “El Pianista” era una de las películas favoritas y de hecho obtuvo tres estatuillas.
“Su agregado de prensa fue el primero en llamarme ‘violador de niños'”, añade el cineasta en la entrevista con el semanario, agregando que “desde hace años se intenta hacer (de él) un monstruo”.
“Me acostumbré a la calumnia, mi piel se endureció, como un caparazón. Pero para mis hijos, para Emmanuelle (Seigner, su esposa), es espantoso. Hablo por ellos”, afirma Polanski, que lamenta que su familia “pague el precio”, casi medio siglo después, de la “falta” que cometió en 1977 con Samantha Geimer.