De acuerdo a una encuesta realizada a nivel internacional por la Oficina Nacional de Investigación Económica (National Bureau of Economic Research, NBER) de EEUU, Chile, es uno de los países que menos respeta el lavado de manos y el distanciamiento social en esta pandemia sanitaria.
La medición fue aplicada en 58 países a un universo de 100.00 personas e indica que un 75% de los chilenos entrevistados aseguró que se lava las manos con mayor frecuencia después de conocido el primer caso de coronavirus en el territorio el pasado 3 de marzo.
La cifra es la segunda más baja en esta categoría del estudio superada sólo por Sudáfrica. El mismo análisis agrega que menos de un 80% de los chilenos asegura haber adoptado una cuarentena voluntaria para prevenir el contagio y que, en cuanto al distanciamiento social de al menos dos metros entre cada persona, menos de un 50% de los chilenos reconoce seguir esta indicación. Respecto a esto último, Chile lidera sólo después del primer lugar ocupado por Japón.
En cuanto a los países que presentan mayor cumplimiento de las principales medidas de prevención contra la pandemia están Portugal, España, Bulgaria, Argentina y Grecia, consigna el estudio divulgado por El Mercurio.
Las razones detrás de este comportamiento son variadas, ha explicado el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Desde factores económicos y técnicos, pero otros que califica de casi idiosincrásico del ciudadano de la capital respecto de el de regiones como Osorno y Punta Arenas dónde si se han cumplido metas de contención de la pandemia.
“Por razones que no me corresponde juzgar, creo que la conducta de las personas, una vez que había un levantamiento de las restricciones en la Región Metropolitana, no fue la deseable. Se produjo una liberación en términos de hacer fiestas en departamentos, clandestinas, que significaron un potencial de riesgo enorme, y eso me llevó a mí, antes de que empezaran los casos, a hacer una declaración de guerra en el sentido de que todo se jugaba en la batalla por Santiago, hasta que los números lo avalaron y llegamos a las acciones en que estamos hoy día”, señaló sobre este asunto.
Asimismo, durante su diagnóstico de la situación del pasado lunes, la autoridad indicaba que “es evidente que las medidas de aislamiento y de protección de la ciudadanía no han sido bien cumplidas, a pesar de que son conocidas y obligatorias”
Por su parte, el médico infectólogo del Instituto Biomédico de la Universidad de Chile y miembro de la Mesa Técnica por Covid-19, Miguel O’Ryan, cree que el distanciamiento social, una de las medidas más importante para darle la pelea al virus, ha sido considerada en la medida de lo posible por una mayoría de chilenos que sí ha recibido el mensaje con la urgencia debida.
O’Ryan considera que “ha sido difícil que una parte de la población pueda respetarla entendiendo que el costo social que hay en esa estrategia es inconmensurable. El objetivo es implementar las cuarentenas cuando uno ve que efectivamente el distanciamiento social, las medidas individuales de la población no están dando abasto para poder contener el incremento de casos razonablemente”.
Finalmente, y respecto a la efectividad de contener los contagios en medio de otros llamados como al regreso normal al trabajo, la fallida apertura de centros comerciales y otros conceptos propios de la “nueva normalidad”, el médico Manuel Najera, especialista en Epidemiología y docente en la Universidad del Desarrollo, ha señalado que existió “poco análisis respecto al funcionamiento de Santiago como un todo”.
En ese sentido, más que la suma de territorios delimitados independientes “se ha tratado a las comunas como si fueran las regiones del país, con límites amplios y claros, cuando no es así, la movilidad de las personas dentro de la ciudad de Santiago, y por tanto su interconexión, es inmensa”, sentencia sobre medidas fallidas y el aumento de contagios versus las medidas personales para evitarlos.
La medición fue aplicada en 58 países a un universo de 100.00 personas e indica que un 75% de los chilenos entrevistados aseguró que se lava las manos con mayor frecuencia después de conocido el primer caso de coronavirus en el territorio el pasado 3 de marzo.
La cifra es la segunda más baja en esta categoría del estudio superada sólo por Sudáfrica. El mismo análisis agrega que menos de un 80% de los chilenos asegura haber adoptado una cuarentena voluntaria para prevenir el contagio y que, en cuanto al distanciamiento social de al menos dos metros entre cada persona, menos de un 50% de los chilenos reconoce seguir esta indicación. Respecto a esto último, Chile lidera sólo después del primer lugar ocupado por Japón.
En cuanto a los países que presentan mayor cumplimiento de las principales medidas de prevención contra la pandemia están Portugal, España, Bulgaria, Argentina y Grecia, consigna el estudio divulgado por El Mercurio.
Las razones detrás de este comportamiento son variadas, ha explicado el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Desde factores económicos y técnicos, pero otros que califica de casi idiosincrásico del ciudadano de la capital respecto de el de regiones como Osorno y Punta Arenas dónde si se han cumplido metas de contención de la pandemia.
“Por razones que no me corresponde juzgar, creo que la conducta de las personas, una vez que había un levantamiento de las restricciones en la Región Metropolitana, no fue la deseable. Se produjo una liberación en términos de hacer fiestas en departamentos, clandestinas, que significaron un potencial de riesgo enorme, y eso me llevó a mí, antes de que empezaran los casos, a hacer una declaración de guerra en el sentido de que todo se jugaba en la batalla por Santiago, hasta que los números lo avalaron y llegamos a las acciones en que estamos hoy día”, señaló sobre este asunto.
Asimismo, durante su diagnóstico de la situación del pasado lunes, la autoridad indicaba que “es evidente que las medidas de aislamiento y de protección de la ciudadanía no han sido bien cumplidas, a pesar de que son conocidas y obligatorias”
Por su parte, el médico infectólogo del Instituto Biomédico de la Universidad de Chile y miembro de la Mesa Técnica por Covid-19, Miguel O’Ryan, cree que el distanciamiento social, una de las medidas más importante para darle la pelea al virus, ha sido considerada en la medida de lo posible por una mayoría de chilenos que sí ha recibido el mensaje con la urgencia debida.
O’Ryan considera que “ha sido difícil que una parte de la población pueda respetarla entendiendo que el costo social que hay en esa estrategia es inconmensurable. El objetivo es implementar las cuarentenas cuando uno ve que efectivamente el distanciamiento social, las medidas individuales de la población no están dando abasto para poder contener el incremento de casos razonablemente”.
Finalmente, y respecto a la efectividad de contener los contagios en medio de otros llamados como al regreso normal al trabajo, la fallida apertura de centros comerciales y otros conceptos propios de la “nueva normalidad”, el médico Manuel Najera, especialista en Epidemiología y docente en la Universidad del Desarrollo, ha señalado que existió “poco análisis respecto al funcionamiento de Santiago como un todo”.
En ese sentido, más que la suma de territorios delimitados independientes “se ha tratado a las comunas como si fueran las regiones del país, con límites amplios y claros, cuando no es así, la movilidad de las personas dentro de la ciudad de Santiago, y por tanto su interconexión, es inmensa”, sentencia sobre medidas fallidas y el aumento de contagios versus las medidas personales para evitarlos.
