- Por Gabriel Indriago, Coordinador Académico PrivaTeachers.
Es entonces cuando entendemos que la necesidad de aprender una segunda lengua, por ejemplo, nos lleva a analizar la calidad de educación que hemos tenido como sociedad desde tiempos contemporáneos en la historia del país. Tal situación deja al descubierto que impera un deseo de poder comunicarnos con el resto del mundo por medio de las grandes plataformas comunicativas y de conexión global, las cuales muchas veces son en inglés; pero muchos se ven incapacitados debido a la carencias de recursos para poder costear un colegio de alta competencia, o bien la mala inversión de los recursos del Estado en sectores carentes para llegar a conciliar un estatus social medianamente preparado, y así poder enfrentar a los grandes desafíos tecnológicos del siglo en curso.
Justamente, en cuanto a aprender inglés se trata, el día a día nos exige cada vez más el conocimiento básico del idioma, al menos, para hacernos entender a la hora de toparnos con turistas, los cuales nos visitan de forma más frecuente y conocer un poco más de las culturas de esos visitantes que llegan a tierras chilenas, o bien para contactarnos con personas de otros países y establecer una relación interpersonal o de negocios. De esta forma, nos queda claro de que somos un país rico en cultura y tradiciones, pero muy pobres en cuanto a la educación multicultural se trata.
Esta situación no hace encarar la realidad que ocurre hoy en día, ya que desde la casa y la escuela se motiva al estudiante a exponerse a este idioma, presentándoles la proyección de lo importante que es aprender el inglés como lengua foránea. Sin embargo, no ocurre lo antes expuesto, debido a que las prioridades para cada familia son totalmente distintas unas de las otras.
Por otra parte, existe otra limítate a la hora de expresarse para aquellos que se han visto interesados en aprender el idioma, y es la influencia social y la crítica del entorno por hacer uso de las palabras y pronunciación características de este idioma a modo de imitación los nativos angloparlantes, (lo cual es académico y comunicacionalmente necesario), provocando así un aislamiento o rechazo grupal para aquel que, en vez a ser visto como un recurso importante para el resto de los compañeros, se le es tildado con títulos y sobrenombres tales como “ el gringo”, “el ABC-1”, “el sabelotodo”, entre otros tantos; lo que en vez de ser una ventaja, se convierte en un acoso burlesco para esa persona haciéndolo retraerse más ante situaciones en donde realmente requiere hacer uso de sus habilidades comunicativas en esta lengua.
De este modo, el sistema educativo tanto público como privado, se ve afecto por esas tildes socio- culturales de las generaciones que hoy lideran los medios de comunicación y las iteraciones con el resto del planeta. Es por eso, que es imperativo crear un punto neutral para que la educación a todo nivel crezca y e influya aún más en la necesidad de manejar el inglés como llave a la comunicación sin fronteras.
Debemos crear a ciudadanos capacitados para encabezar las estadísticas mundiales en aspectos positivos, que ayudan a convertir al país en una referencia para las demás naciones que hoy son acreditadas como multifuncionales y multiculturales en los aspectos tecnológicos, de comunicación y de educación de calidad.
- Por Gabriel Indriago, Coordinador Académico PrivaTeachers.