El gobierno de Jair Bolsonaro opera “una serie de mecanismos de censura indirecta” que dificultan el libre ejercicio del periodismo en Brasil, denunció este martes en su informe trimestral la ONG francesa Reporteros Sin Fronteras (RSF).
La ONG afirma además que entre julio y septiembre el mandatario y sus “aliados más cercanos”, entre ellos sus tres hijos políticos, profirieron más de cien ataques contra periodistas y medios de comunicación, y que “esa postura abiertamente hostil a la prensa se volvió la marca registrada” del gobierno brasileño.
“Además de las agresiones, que crean un clima de desconfianza en relación a la prensa, figuran la desinformación y las restricciones en el flujo de los datos oficiales, con el objetivo de controlar el debate público, y la propia politización de órganos oficiales de comunicación”, detalla el informe.
“Instrumentos que vuelven el ambiente de trabajo de los periodistas cada vez más adverso y complejo”, agrega.
Como ejemplos, RSF menciona los casos crecientes de “periodistas bloqueados en las redes sociales por agentes del estado”, las “13 medidas para reducir el acceso a la información en el país” adoptadas por el gobierno desde que asumió el cargo en enero de 2019 o la “opacidad” con la que el gobierno y sus aliados gestionan la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus.
RSF también denuncia un aumento del “asedio judicial como mecanismo de censura”, a base de procesos “abusivos” contra periodistas y medios de comunicación, “en su mayoría movidos por representantes del Estado o personas próximas a la presidencia”.
En este apartado, la ONG remarca la decisión de una jueza de primera instancia de prohibir a la cadena televisiva Globo difundir documentos del proceso por supuesta corrupción en contra del senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor del presidente, por considerar que está bajo secreto de sumario.
“Reventarte la boca a golpes”
Bolsonaro ganó las presidenciales de 2018 con un discurso muy crítico con los medios de comunicación y desde entonces no ha dejado de proferir insultos y comentarios despectivos hacia periodistas, llegando a abandonar entrevistas y ruedas de prensa.
El caso más impactante de ataque en el tercer trimestre, según la ONG, fue el 23 de agosto, cuando Bolsonaro amenazó a un reportero del diario O Globo que lo interrogaba sobre la supuesta participación de su esposa en un esquema de corrupción.
“¡Qué ganas de reventarte la boca a golpes!”, le dijo en esa ocasión. Al día siguiente, llamó “débiles” a los periodistas, dijo que si contrajeran el coronavirus tendrían menos posibilidades de sobrevivir y les acusó de “usar el bolígrafo con maldad”.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Bolsonaro “acusó a la prensa de politizar el virus para esparcir el pánico entre la población y causar el caos social en el país”, recuerda la ONG.
Brasil figura en el puesto 107 en Ránking Mundial de Libertad de Prensa de 2020, elaborado por RSF.