A la salida del estudio, periodistas y fotógrafos estaban a la espera de que saliera el reparto, sin embargo, al parecer la situación estuvo cerca de salirse de control, cuando los paparazzi sobrepasaran el perímetro de seguridad establecido por los guardaespaldas de Johansson. La intérprete se encontraba manejando su auto cuando varios fotógrafos se le acercaron tanto que temió por su integridad física, como la de sus acompañantes, por lo que emprendió rumbo a una comisaría de Los Ángeles.
“Sólo estaba un poco asustada”, dijo un vocero de la Policía al sitio Hollywood Reporter, quien agregó que la actriz no presentó ninguna acción legal y que su reacción se debió a que los fotógrafos estaban persiguiendo el vehículo en que viajaba de una forma que la ponía en riesgo a ella y a quienes iban en otros autos.
A raíz del incidente, la artista emitió un comunicado expresando que “era mi deber como ciudadana preocupada ir a la polícía local y pedir consejo. Recomendaría lo mismo a otros en situaciones similares (…) Los paparazzi toman sendas cada vez más peligrosas de forma consistente y acosan a la gente a la que fotografían. Incluso después de la trágica muerte de la Princesa Diana, las leyes nunca cambiaron para proteger a los objetivos de los anárquicos paparazzi”.