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Sector de la Construcción: Para tener en cuenta el 2023

(Pablo Guerra C., presidente de la Asociación de Constructores Civiles UC): Vemos con preocupación cómo todas las semanas están quebrando constructoras y quedando proyectos en ejecución parados, muchos colegas sin trabajo y los indicadores sectoriales cada vez más preocupantes. Creemos que el problema que tiene actualmente la industria de la construcción, no se va a arreglar solo, es necesario tomar medidas concretas de apoyo por parte del mundo financiero a las empresas afectadas, sino el costo económico y social para el país será tremendo.
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Pablo Guerra C.,presidente de la Asociación de Constructores Civiles UC.

Este 2022 no ha sido un año fácil para la construcción. Las consecuencias del Covid- 19 y una situación económica inestable han llevado a la quiebra a decenas de empresas constructoras.

Durante nuestra cena anual dijimos que como constructores civiles UC debemos ser actores relevantes en la búsqueda de soluciones. Por eso, creemos que llegó el momento de cambiar el clásico contrato de suma alzada, que más bien son contratos de administración disfrazados de suma alzada, llenos de valores proformas, notas de ajustes de precios y más. Tenemos que pensar en una regulación que sea justa para todos, con reglas claras, con riesgos acotados, información suficiente y oportuna, en la que cada una de las partes se haga cargo de sus propios errores.  Una buena opción sería un contrato mixto, donde los gastos generales y la utilidad sea a suma alzada, y el costo directo por administración, en el cual se pueden regular y compartir los riesgos.

Si bien el Estado ya se ha hecho cargo, y está tomando medidas para paliar el problema en los contratos públicos, hay que ver la forma de arreglar los contratos entre privados, en los cuales el Estado no tiene injerencia. Asimismo, hay que ver la forma de apoyar a las empresas con los daños financieros de arrastre de estos últimos años.

Además, la falta apoyo de las instituciones bancarias, de las compañías de seguros y de todas las instituciones que participan en los financiamientos, será un tema importante el próximo año. El anuncio de los ministerios de Vivienda, Hacienda y Economía junto con BancoEstado respecto de una línea especial de financiamiento para el sector construcción, trajo cierto alivio, pero no será suficiente para abordar una solución integral para la industria. El soporte al sector de la construcción y a la compra de viviendas, sin duda, se valora, pero se requieren mayores ajustes y voluntad de todos, el gobierno, sus organismos, el mundo privado y sus instituciones financieras, entre otros, para salir adelante.

El apoyo de los Fogape fue importante en su momento, pero se convirtieron en salvavidas de plomo, que tienen muy asfixiadas a las empresas, quienes están trabajando principalmente para pagar deudas, y no para producir. Todos estamos muy preocupados por la baja en la inversión, pero las restricciones de las instituciones financieras  cada día hacen más difícil sacar proyectos adelante y por consiguente recuperar la inversión.

Asimismo, hay proyectos parados en las Direcciones de Obra, con tiempos de aprobaciones que exceden largamente los plazos teóricos, como lo reflejó recientemente un estudio de Colliers. Por otro lado, tenemos los proyectos que son rechazados en el SEIA, o estando aprobados, son paralizados una vez iniciados. Eso requiere revisión y atención, porque toma meses para volver a echar andar una obra, en caso que se acoja el recurso del dueño del proyecto, como ha sido el caso de Egaña Sustentable. Hace poco también se conoció el caso de un proyecto en Lo Barnechea, detenido momentáneamente, porque el proyecto se estaría realizando en parte de un sector de áreas verdes protegidas.

La prevención de riesgos es otro tema sobre el que deseamos llamar la atención para tener en cuenta el 2023. El esfuerzo que hace la industria para evitar accidentes en las obras es grande, pero cada año tenemos que lamentar situaciones graves e incluso fallecimientos. Es un desafío de todos cuidar a nuestros trabajadores y a nosotros mismos.

El anuncio del Programa de Emergencia Habitacional (PEH), por parte del Ministerio de  Vivienda, fue muy bien recibido en su momento. Sin embargo, el ex ministro de la cartera, Cristián Monckeberg, ha llamado la atención sobre el éxito del programa y como parte del consejo asesor entregó una propuesta de 17 medidas concretas. Dijo que uno de los problemas son los plazos de tramitación de firmas o autorizaciones propias de los servicios o de la coordinación intersectorial que superan por mucho los tiempos razonables para llevar adelante los proyectos. Actualmente, ya existe el temor de no poder cumplir con este plan, como lo planteó el presidente de la Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales, Mario Alvarez en una reciente entrevista en El Mercurio, en la que entre otros temas, hace hincapié en los proyectos DS19 que no pueden partir por falta de financiamiento.

Hace poco conocimos también del impulso a las viviendas industrializadas. El jefe de la División Técnica de Estudios y Fomento Habitacional del Minvu, Ricardo Carvajal, ha dicho que no es muy conducente producir más rápido una vivienda y demorarse en exceso en los trámites. Por eso, presentaron una glosa en la Ley de Presupuesto que exime la vivienda tipo industrializada del permiso de recepción municipal. Creen que será un buen incentivo para que las empresas adopten ese sistema de construcción, pero nos preocupa las consecuencias que pueda tener esta medida de eximir a estos proyectos de permiso de edificación y recepción municipal. Aunque en una entrevista pública a Pauta.cl, Carvajal explicó que “la vivienda tipo industrializada Minvu, que tiene subsidio, está exenta de permiso de edificación y recepción municipal. Tiene que cumplir la norma, tiene que estar en el plan regulador, y tiene que tener los profesionales que van a patrocinar el proyecto”.

Vemos con preocupación cómo todas las semanas están quebrando constructoras y quedando proyectos en ejecución parados, muchos colegas sin trabajo y los indicadores sectoriales cada vez más preocupantes. Creemos que el problema que tiene actualmente la industria de la construcción, no se va a arreglar solo, es necesario tomar medidas concretas de apoyo por parte del mundo financiero a las empresas afectadas, sino el costo económico y social para el país será tremendo.

Con estos temas para tener en cuenta, estamos seguros de que el 2023 será un año activo, sin embargo, hay una máxima que debemos cuidar: un buen negocio es cuando todas las partes ganan, si una pierde, deja de ser un buen negocio.

Deseamos que el próximo año sea mejor para nuestro rubro. Como constructores civiles UC estamos disponibles para participar desde el lugar que sea necesario para aportar soluciones con nuestra mirada. Transformemos la industria.

Pablo Guerra C.,presidente de la Asociación de Constructores Civiles UC.

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