El senador Guido Girardi, junto al presidente de la Conadecus, Hernán Calderón, se reunieron este lunes con el director del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), Ernesto Muñoz, quien les dio a conocer los resultados del monitoreo de precio de medicamentos bioequivalentes comercializados por las grandes cadenas de farmacias (Salcobrand, Ahumada y Cruz Verde) en el área metropolitana.
El director del Sernac explicó que “hicimos una actualización del estudio de 2007 en 20 medicamentos de gran consumo y encontramos productos que pueden costar hasta 6, 10, 11 veces más caros que un bioequivalente genérico y eso se repite en las marcas originales que pueden ser hasta 30 veces el bioequivalente”.
Muñoz agregó que “esperamos la pronta aprobación de la ley de Fármacos II que dota al Sernac de facultades fiscalizadoras, sancionadoras y normativas que nos permitirá acompañar a las autoridades sanitarias desde el lado del consumo para que exista transparencia y cumplimiento de las normas que exigen que los precios sean claros”.
El senador Girardi, autor de la Ley de Fármacos II -ya aprobada en la comisión de Salud- calificó la investigación como “muy importante, porque es lo que hemos denunciado y es lo que pretende resolver este proyecto -que esta semana debiera votarse- y que ha tenido un lobby inmenso para impedir su avance. Y no sólo de los laboratorios y de las farmacias, sino también Hacienda porque defienden los intereses de los grandes grupos económicos y no la salud de la población”.
El parlamentario explicó que el proyecto “obliga a los médicos a recetar el genérico con su denominación común internacional, es decir el más barato, porque son bioequivalentes y tienen la misma eficacia. Si el médico quiere que compre el más caro se lo tiene que decir directamente, pero hoy puede recetar lo que quiera como si fuera la única alternativa disponible”.
Por su parte, el presidente de Conadecus dijo que “los medicamentos no pueden seguir siendo un bien de consumo más y esta ley los hace más accesible para la gran mayoría de la población. No se puede seguir tolerando que por falta de trasparencias las farmacias y los proveedores tengan márgenes de hasta tres mil por ciento de utilidades. Eso es escandaloso y no sucede en otros países”.
Calderón sostuvo que “por eso llamamos a los senadores a aprobar esta iniciativa porque va ser beneficioso para la población y entra a regular el mercado y también terminar con la integración vertical que existe hoy día y este oligopolio de las cadenas de farmacias que controlan los precios y siguen teniendo pequeñas diferencias que nos hacen sospechar que no ha terminado la colusión”.
Para el presidente de Conadecus se debiera seguir ejemplos internacionales, “la fijación de precios de los medicamentos esenciales es clave en el futuro. En otros países está establecido el precio máximo que pueden cobrar. Aquí el límite lo fija el lucro que quieren sacar estas cadenas”.
El director del Sernac explicó que “hicimos una actualización del estudio de 2007 en 20 medicamentos de gran consumo y encontramos productos que pueden costar hasta 6, 10, 11 veces más caros que un bioequivalente genérico y eso se repite en las marcas originales que pueden ser hasta 30 veces el bioequivalente”.
Muñoz agregó que “esperamos la pronta aprobación de la ley de Fármacos II que dota al Sernac de facultades fiscalizadoras, sancionadoras y normativas que nos permitirá acompañar a las autoridades sanitarias desde el lado del consumo para que exista transparencia y cumplimiento de las normas que exigen que los precios sean claros”.
El senador Girardi, autor de la Ley de Fármacos II -ya aprobada en la comisión de Salud- calificó la investigación como “muy importante, porque es lo que hemos denunciado y es lo que pretende resolver este proyecto -que esta semana debiera votarse- y que ha tenido un lobby inmenso para impedir su avance. Y no sólo de los laboratorios y de las farmacias, sino también Hacienda porque defienden los intereses de los grandes grupos económicos y no la salud de la población”.
El parlamentario explicó que el proyecto “obliga a los médicos a recetar el genérico con su denominación común internacional, es decir el más barato, porque son bioequivalentes y tienen la misma eficacia. Si el médico quiere que compre el más caro se lo tiene que decir directamente, pero hoy puede recetar lo que quiera como si fuera la única alternativa disponible”.
Por su parte, el presidente de Conadecus dijo que “los medicamentos no pueden seguir siendo un bien de consumo más y esta ley los hace más accesible para la gran mayoría de la población. No se puede seguir tolerando que por falta de trasparencias las farmacias y los proveedores tengan márgenes de hasta tres mil por ciento de utilidades. Eso es escandaloso y no sucede en otros países”.
Calderón sostuvo que “por eso llamamos a los senadores a aprobar esta iniciativa porque va ser beneficioso para la población y entra a regular el mercado y también terminar con la integración vertical que existe hoy día y este oligopolio de las cadenas de farmacias que controlan los precios y siguen teniendo pequeñas diferencias que nos hacen sospechar que no ha terminado la colusión”.
Para el presidente de Conadecus se debiera seguir ejemplos internacionales, “la fijación de precios de los medicamentos esenciales es clave en el futuro. En otros países está establecido el precio máximo que pueden cobrar. Aquí el límite lo fija el lucro que quieren sacar estas cadenas”.