Según el comunicado, se fijó un nuevo encuentro para la tarde del miércoles 16 de mayo y habrá otros dos encuentros el jueves 17 de mayo.
“Esta tarde, el Papa ha entregado a cada uno de los obispos el texto con los temas de meditación; desde este momento y hasta la próxima reunión, se abre un tiempo dedicado exclusivamente a meditar y orar”, añadió.
La jerarquía de la Iglesia chilena no podrá por tanto asistir a la tradicional audiencia general del miércoles en el Vaticano.
El pontífice argentino convocó en abril a la jerarquía de la iglesia chilena al Vaticano, una medida excepcional, para “discernir el asunto” y preparar medidas que reparen el escándalo desatado por los casos de pedofilia.
La cita es determinante ya que podría incluir la remoción de varios jerarcas, en un claro mensaje de intolerancia por parte del Papa a los abusos sexuales y su encubrimiento.
El Vaticano explicó el sábado que Francisco “considera necesario examinar en profundidad las causas y consecuencias, así como los mecanismos que han llevado en algunos casos al encubrimiento y a las graves omisiones hacia las víctimas” en Chile.
El Vaticano precisó que se examinarán “abusos de poder, sexuales y de conciencia, ocurridos en Chile a lo largo de las últimas décadas” y que involucran a varios de los asistentes.
El lunes, en la radio Vaticana, el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile y obispo auxiliar de Santiago, Fernando Ramos, y el miembro del Comité Permanente y obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, actuando como voceros del grupo, dijeron que no habrá información sobre los detalles de las reuniones.
Ramos dijo que el Papa “pide estricta confidencialidad de nuestros encuentros, que son fraternales, íntimos, de cercanía y de un proceso que está en camino, entonces queremos ver cómo poder comunicar algunos aspectos, pero los contenidos mismos no estamos en condiciones, a menos que el santo padre nos diga que estas cosas sí se pueden comunicar”.