Buenos Aires comenzó este lunes una tímida reapertura de actividades, con un moderado aumento de personas en la calle, al entrar en una flexibilización progresiva del confinamiento de más de cuatro meses por el Covid-19.
“Tenemos que aprender a convivir con el virus, porque si no va a ser peor el daño económico que el daño que produce el virus. Lamentablemente, uno tiene que tratar de tener recursos, más los que somos trabajadores”, dijo a la AFP Daniel Bailo, vendedor en una tienda de excursionismo y pesca que reabrió este lunes.
La reanudación de actividades en Buenos Aires y su periferia, la zona donde se concentra más de 90% de los casos de coronavirus, se resolvió pese a la elevada cantidad de contagios, de más de 3.000 diarios. Esta etapa se extenderá hasta el 2 de agosto.
“Esperamos que la gente sea responsable” dijo este lunes el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los primeros que salió a correr en la mañana, al permitirse nuevamente el ejercicio al aire libre.
“El contacto personal es por lejos la mayor fuente de contagio”, advirtió el alcalde, al insistir en la prudencia en esta nueva etapa.
El área metropolitana de Buenos Aires, donde habitan unos 14 millones de personas, acaba de pasar por dos semanas de aislamiento estricto tras una aceleración de los contagios y temores de que se saturase el sistema hospitalario.
Hasta este lunes, 842 personas permanecían en terapia intensiva por causa del Covid-19. La ocupación de camas en ese servicio es de 54,6% en el país y de 65% en el área metropolitana de Buenos Aires.
En esta etapa de flexibilización se retoman actividades industriales y comerciales que se habían restringido y se suman algunas profesionales. Entre las que se irán incorporando por primera vez están las de peluquerías, abogados, sicólogos y labores administrativas en escuelas, entre otras.
Argentina acumula 126.742 contagios con 2.281 muertos y 55.913 pacientes recuperados sobre 44 millones de habitantes.
Las provincias de Jujuy, Chaco y Río Negro, que habían presentado rebrotes, también comenzaron a flexibilizar el aislamiento a partir de esta semana.
El regreso de actividades concita esperanzas en una economía en recesión desde 2018 y golpeada por la pandemia pese a un importante programa de ayuda que puso en marcha el gobierno.
“Abrir no significa tener ventas, la gente no tiene mucho dinero y lo quiere reservar porque no sabe cómo sigue esto”, declaró Mario Grinman, secretario de la Cámara de Comercio.
Según un estudio de la consultora Ecolatina, el desempleo alcanzó un 15% en el segundo trimestre y advirtió que “la destrucción de puestos de trabajo del sector privado es sólo la punta del iceberg”.
La pobreza afecta a 35,6% de la población, aunque un estudio de Naciones Unidas proyectó que por los efectos de la pandemia alcanzará 40%.
La economía cayó 11% en el primer cuatrimestre del año. El Fondo Monetario Internacional proyectó una contracción del PIB de 9,9% para 2020.