Con el objetivo de exigir mejoras en las remuneraciones y en las condiciones laborales, el Sindicato de Trabajadores H&M Chile dio inicio este martes a una huelga legal en el marco de una negociación colectiva y luego de no llegar a un acuerdo con la empresa sueca.
En la mañana de este martes, los funcionarios del local de Costanera Center protestaron en las afueras del local, impidiendo en algunos momentos el ingreso de clientes al local.
Esta situación se vivió de manera similar en los otros tres locales que se encuentran en Santiago (Alto Las Condes, CasaCostanera y Florida Center).
Los trabajadores manifestaron a través de un comunicado público que “de acuerdo a los últimos informes financieros respecto a las ganancias de H&M Chile, la multinacional mediante su Representante Legal Inmaculada Alfaro, ha expresado el éxito de la Compañía en Latinoamérica indicado por ejemplo, que durante los meses de Diciembre 2015 y Agosto 2016, la empresa duplico sus ventas, en la cual sus cuatro tiendas actualmente operativas en el país, vendieron más de US$ 89 millones, casi lo mismo que comercializó en Irlanda, donde manejan 23 locales, o en Singapur, donde cuentan con 13 tiendas. Respecto al primer trimestre del 2017, su crecimiento interanual fue del 51%, lo que representan 72 millones de dólares, solo por conceptos de ventas”.
Agregó que “es por esto que como trabajadoras y trabajadores organizados y conscientes de nuestra posición en este gran eslabón productivo llamado ‘fast fashion’, el cual inventa moda a bajo costo para sostener un mercado textil ficticio alimentado de estereotipos de moda globalizante, es que hemos decidido iniciar un proceso de huelga legal, el cual apunta principalmente a la recuperación de nuestra fuerza laboral usurpada por este gigante y millonario sueco”.
Agregaron que “queda en evidencia que sus constantes negaciones a nuestras demandas mediante argumentos de ‘limitado presupuesto’ o de ‘incertidumbre en los mercados’ son solo excusas que expresan la nula voluntad de dar respuestas claras y satisfactorias a las demandas de las y los trabajadores, que día a día aguantas largas filas de clientes hambrientos por satisfacer su consumista necesidad de estar al último grito de la moda y adquirir prendas desechables”.