La última pieza coreográfica de la creadora chilena Javiera Peón-Veiga se expresa en interacciones que desgarran y tensionan, en donde el cuerpo se llena y se vacía. Tan grande es la conmoción provocada en el espectador, que a éste le cuesta abandonar el vientre que acoge por el tiempo que dura la apuesta de danza contemporánea.
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